‘Barbinheimer’ y las elecciones generales

Periódicos, teles y radios repiten hasta la saciedad 'Barbinheimer', el eslogan de una supuesta lucha en taquilla de las dos películas del verano: ‘Barbie’ y ‘Oppenheimer’. 

Pero es una falsedad interesada, no hay tal duelo cuando la cinta de Nolan, lejos de ser comercial, es arte y ensayo, un drama teatral. Trata con rigor de física cuántica, del átomo que Demócrito había imaginado dos mil años antes. Por entonces, Anaximandro y Empédocles defendían que la realidad del universo cambia por la lucha, el odio y el amor. Así ocurre en política.   

Se habla de 'Barbinheimer'  porque a los humanos nos gusta la lucha. Es un eslogan tan interesado como los de “coalición de progreso” o “miedo al retroceso”. Hasta la misma noche electoral, TVE mostraba juntos a Feijóo y Abascal y enfrente, a Pedro Sánchez con Yolanda Díaz. Un duelo también falso porque ocultaba a Junqueras, Otegi y mucho más a Puigdemont, que ahora se ven imprescindibles para gobernar su Estado enemigo. “¡No pasarán!”, clamaban con viveza en Ferraz. ¿Quién se iba a negar a participar en “una batalla contra el fascismo” sin más riesgo que salir a la calle y depositar un voto?  

Oppenheimer supo desvelar las fuerzas destructivas del átomo pero los humanos no sabemos aún controlar nuestros impulsos irracionales. Muchos votaron para no retroceder en el tiempo y al final viajaremos al nacionalismo del siglo XX, el del verdadero fascismo al que combatieron aquellos geniales físicos cuánticos de la película. Muchos hoy creen que van al cine para disfrutar de una película épica de espías pero encuentran un intenso retrato psicológico. Ya he visto a la gente salir del cine maldiciendo después de tres horas. Dudo si pasará igual con el resultado de las elecciones.