Otro asesinato más en Almería

El lunes comenzó con un amargo desayuno, La Voz de Almería informaba del aumento del 250 % en las agresiones por violencia de género en nuestra provincia, un siniestro récord que nos sitúa entre las 14 provincias con mayor número de violaciones por penetración. Al día siguiente, el martes nos acostamos con la noticia de un escalofriante asesinato en nuestra ciudad: en el barrio de Pescadería, una mujer asesinada, degollada por su marido. ante los ojos de sus tres pequeños hijos, y aún pudo ser peor, el asesino tomó a uno de ellos de escudo cuando iba a ser detenido. A ver cómo se puede vivir con esta realidad. ¿Vamos a seguir ignorando esta lacra? Ya venimos arrastrando una terrible estadística:  desde que se toman datos, desde el 2003 llevamos 1217 asesinadas y cientos de pequeños huérfanos de madre. Las feministas sabemos de la importancia de acciones inmediatas para parar éstas terribles agresiones y muertes que son una agonía constante, una tristeza sin fin. Ahora tenemos una nueva petición, hacer acallar por todos los medios de la razón a los malditos negacionistas de la violencia machista. Las feministas somos ridiculizadas porque estamos analizando y examinando en profundidad las desigualdades en los diferentes planos: sociales, familiares, económicos, simbólicos y culturales que llevan y alimentan a la violencia de algunos hombres. 

En 2017, todos los partidos políticos firmaron un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, una declaración de intenciones para erradicar esta lacra. Sin embargo, ahora sube el fascismo de Vox, que pretende arrasar con todo lo logrado. Un vendaval de negacionismo y odio, basado en mentiras, dificultan la evaluación de las medidas tomadas y la progresión real en la lucha contra la violencia machista.

Los datos son contundentes. Para sumar un dato más a esta realidad escalofriante, en lo que va de año, 33 niños y niñas menores han perdido a sus madres. Detrás de estas cifras hay historias de dolor, miedo y silencio, que exigen un compromiso más firme y un enfoque integral para prevenir y abordar esta crisis.

Los detractores que minimizan la violencia de género son cómplices directos de la perpetuación de este horror.