Una de las enfermedades neurodegenerativas más extendidas hoy en día es el mal de Alzheimer.
Solo en España, según datos de la Confederación Española de Alzheimer y otras demencias (CEAFA), la enfermedad afecta a 1.200.000 personas. De ellas, 800.000 están en Andalucía, cifras que se prevén que puedan aumentar en los próximos años.
La pérdida progresiva de memoria y habilidades cognitivas es uno de los signos más evidentes por los que se pueden detectar esta enfermedad y hacer saltar una alarma, lo que permitirá un diagnóstico temprano de la enfermedad, algo que es fundamental en estos casos.
Los síntomas son diferente a cada persona y no afectan a todas las personas por igual, siendo habitual que los aspectos relativos a la memoria sean los que primero se resienten.
De forma resumida, las señales que nos alertarían de que estamos ante un caso de alzhéimer, entre otras, pueden ser:
Memoria reciente. Se olvida fácilmente lo que se acaba de aprender o ha sucedido, por lo que será frecuente que las personas repitan preguntas y conversaciones, ya que no retienen correctamente la información de lo sucedido recientemente.
Rutinas del día a día. Tareas cotidianas que realizamos todos los días como lavarse los dientes, vestirse, asearse, cocinar, etc. pueden olvidarse a medida que empieza a manifestarse la enfermedad.
Despistes. Todos hemos tenido alguna vez un despiste y olvidamos dónde hemos dejado las gafas, el móvil, las llaves, un libro y no necesariamente nos encontramos ante un caso de alzhéimer. Pero si estos olvidos los empieza a tener una persona cercana o tú mismo de forma muy frecuente, sí podría ser una de las primeras alertas de la enfermedad.
Nombres y caras. Una de las señales más evidentes de esta enfermedad es el olvido de rostros conocidos. Los enfermos empiezan a tener dificultad para saber quiénes son las personas mas cercanas. Así, las caras de amigos y familiares se van desdibujando poco a poco hasta que llegan a no reconocerlos. E incluso ellos mismos son incapaces de reconocerse delante de un espejo.
Sin duda, este olvido ocasiona un importante impacto psicológico tanto en el enfermo, que a veces se da cuenta de lo que ocurre, como en el familiar, que con más frecuencia de la deseada se acaba convirtiendo en el segundo enfermo.
Desorientación. Otro de los signos más evidentes que pueden alertar sobre la aparición del alzhéimer es que las personas se pierdan en lugares conocidos y se desorienten totalmente: no saben dónde están, no son capaces de llegar a su destino o de regresar a casa, con el peligro que puede generar esta situación.
Desde el Centro de Estancias Diurnas ‘José Bueno’ de Almería, la Asociación Amigos del Alzheimer da respuesta a la demanda que requieren los familiares de estos enfermos. Son treinta los profesionales de distintas disciplinas, directora, gerente, psicóloga, trabajadora social, D.U.E. (enfermería), terapeuta ocupacional, etc., que cuidan durante el día a estos enfermos, permitiendo así que la familia tenga unas horas de descanso y puedan dedicar su tiempo a su trabajo o a las actividades propias del hogar, sabiendo que su familiar está debidamente atendido.
El centro dispone de 60 plazas de las que 52 son concertadas con la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía.
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