Perdonen el tono belicista, pero vivimos la madre de todas las guerras, una batalla que puede acabar con la humanidad. Ha llegado el Juicio Final, y los jueces, al menos en este país, no defienden la justicia.
Miles de jóvenes, coincidiendo con la Cumbre de Ambición Climática de las Naciones Unidas celebrada en New York, han vuelto a las calles para pedir el final de los combustibles fósiles.
Buscan despertarnos, invitarnos a pasar a la acción, porque nuestra única oportunidad, para limitar el incremento de la temperatura por debajo de los 1,5 grados, es ir todos juntos, respaldados por la ciencia, por las evidencias y consecuencias que ya sufrimos.
Pero saben que las protestas no son suficientes. Decidieron llevar su lucha a los juzgados. Decenas de querellas a los Gobiernos por inacción, por falta de ambición, por complicidad se dirimen por el mundo. A finales de mes sabremos si la denuncia de seis jóvenes portugueses a los 32 Estados de la Unión Europea prospera, y los obliga a cumplir las leyes que firman y esconden en los cajones.
Se han ganado litigios en todos los países, menos aquí, donde los jueces han dado la razón al Gobierno de España, al que los ecologistas denunciaron por falta de ambición en sus políticas ambientales. Pero no les basta.
La Fiscalía, en una decisión de vasallaje a los grandes contaminantes, ha declarado a Extinction Rebellion y Futuro Vegetal como grupos terroristas (igualándolos a ETA o a los yihadistas), bajo el subapartado de “ecologismo radical”.
Lo que les da miedo, por eso atacan con leyes intimidatorias, coercitivas, es que nos unamos a las reivindicaciones juveniles. Ellos son los terroristas, que generan terror, inseguridad, violencia para llenar sus bolsillos, y los jueces y los políticos que los amparan, y defienden, son cómplices de terrorismo. No los jóvenes, que son nuestra esperanza, por eso no los mires pasar, únete. Pelean por ti, por la vida.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/262691/terroristas-y-jovenes-por-el-clima