Viernes negro

Viernes negro

Fermín Bocos
20:40 • 27 abr. 2012
Cada día tiene su afán: hay días buenos, días malos y días como el último viernes de abril. Amaneció con la noticia de que el Rey había vuelto a ser operado de la misma cadera en la que hace una semana le habían implantado una prótesis tras el tropezón de la cacería de Botsuana. Mala pata la de don Juan Carlos en los últimos tiempos. Tan mala como la que, sin horizonte de esperanza, flagela a millones de españoles que no encuentran empleo: 5.639.500, según la última EPA. Trescientos y pico mil en el primer trimestre del año y subiendo. Es pronto para hablar del fracaso de la reforma laboral dictada por el Gobierno, pero el panorama es muy pesimista. Como las cábalas acerca del resultado de la reforma del sistema bancario que atraviesa por un momento que roza lo que Gramsci establecía como umbral de la tragedia: lo viejo se resiste a morir (las cajas) y lo nuevo (los bancos saneados) no acaban de nacer. No creo que los analistas de Standard & Poors sean lectores del teórico marxista italiano, pero es lo que han venido a decir al hacernos la faena de rebajar la calificación de solvencia de España dejándola a solo tres escalones de los bonos basura.
Por si algo faltaba, el viernes se despertaba con la desazón de las asociaciones de víctimas del terrorismo ante el cambio de la política penitenciaria. Dice Rajoy que el Gobierno no ha cambiado su política antiterrorista. Si no ha cambiado, ¿a qué viene el anuncio de un nuevo plan de reinserción? ¿Será un globo sonda para que se hable de los etarras en vez hablar del paro que va camino de alcanzar la inaceptable cifra de seis millones de desempleados? Quién sabe; cuando un viernes sale negro, cabe todo.






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