Una ley insuficiente

Quién Me confortaba este fin de semana la noticia publicada  por Lola González en La Voz  acerca de Platero, el burro rescatado por los servicios del Centro Zoosanitario de Almería. Recordé entonces a otro congénere suyo, el burrito Capitán, que hace algunos años pudo salvarse de la barbarie infligida por unos indeseables contra él. Mientras rememoraba estos hechos, un romano felino quedó desangrado en el asfalto a escasos metros de mi ubicación por no se sabe bien qué sucedió al conductor que lo despanzurró. Era un gato doméstico.

Con la sensación agridulce de los hechos protagonizados por los animales referidos, caí en la cuenta de que, paradójicamente, ese mismo día, el viernes 29, entró en vigor la ley de bienestar animal. Una norma que tiene carencias y algunos flecos que la hacen insuficiente para garantizar el bienestar de los animales. Dichas ausencias legales son preocupantes, ya que dejan en evidencia la falta de compromiso de las autoridades con la protección de los seres vivos que nos acompañan en este planeta. En primer lugar, cabe destacar que la ley no contempla de manera suficiente el maltrato y la crueldad hacia los animales. Si bien es cierto que se establecen sanciones para aquellos que cometan actos de este tipo, estas no son lo suficientemente duras como para disuadir a quienes piensan en hacer daño a los animales. Se hace necesario, por tanto, endurecer las penas para los delitos de maltrato y crueldad animal. Además, la ley no establece medidas claras para evitar la explotación de los animales con fines económicos. Por otra parte, la ley no contempla de manera suficiente la protección de los animales en situaciones de emergencia, y es necesario que se establezcan medidas claras para protegerlos en estas circunstancias. Por último, la ley deja mucho que desear en cuanto a la la protección de los animales en situaciones de abandono. 

En definitiva, nos hallamos ante un texto legal incompleto, una ley insuficiente que no satisface las expectativas creadas. Es necesario que las autoridades tomen medidas para corregir estas deficiencias. Solo así podremos construir una sociedad más justa y solidaria con todas las formas de vida que nos rodean.