El plan de choque anunciado por el Gobierno de Moreno Bonilla para reducir las listas de espera en la sanidad pública mediante la transferencia de 734 millones de euros a la privada es, efectivamente, lo que parece: una gran oportunidad para que las clínicas y hospitales privados hagan un buen negocio y una muy mala noticia para todos los andaluces y andaluzas, que ven cómo se aleja la oportunidad de que se refuerce el Sistema Sanitario Público de Andalucía.
Desde que la Junta de Andalucía dejara de publicar las listas de espera en junio de 2022, cada día que ha pasado nos ha acercado más a este escenario proyectado y soñado por el Partido Popular. Un año y unos meses después, podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que el Gobierno andaluz ha dejado que colapse el sistema sanitario público para justificar el monumental regalo que le va a hacer a la privada. ¿Cómo se explica si no que todos esos recursos no se destinen a contratar a los profesionales sanitarios que se precisen, abrir los quirófanos mañana y tarde o a darle utilidad a los equipamientos existentes para la realización de pruebas diagnósticas? Efectivamente, es lo que parece: no es ese su plan, el plan que tiene la derecha es otro.
El concierto con la privada que va perpetrar el Partido Popular, en un momento en el que se han marchado de Andalucía 500 médicos y mantiene la Bolsa del SAS bloqueada, tiene otras derivadas que afectarán directamente a muchas personas, a las que se les indicará que se trasladen a clínicas y hospitales privados fuera de Andalucía para tratar sus dolencias. Si ya resulta bastante penoso estar esperando meses y meses una llamada para una cita que no termina de concretarse, lo de derivar a pacientes de Almería a Murcia para una operación ya es la gota que colma el vaso. Si esa es la igualdad territorial por la que se da golpes de pecho Moreno Bonilla, apañados vamos.
Pensar que esta es la solución es admitir que se ha fracasado estrepitosamente y los responsables de todo esto, empezando por la consejera de Salud, deberían ser cesados de inmediato. Y no es la primera vez que reclamamos esto, ya lo hemos hecho estas semanas atrás cuando hicimos público que no se estaban realizando ecografías en Almería desde mayo o por el caso ambulancias, que está en manos de la Fiscalía.
¿Y este plan de choque o más bien de cheques servirá para algo? Pues no lo parece si recordamos que por parte del Gobierno de Moreno Bonilla ya se destinaron más de 240 millones de euros a clínicas y hospitales privados, -a través de contratos sin marco legal y a dedo-, para reducir las listas de espera; algo que, a la vista está, no ha ocurrido.
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