La anilla del flamenco

Paseando por Punta Entinas encontré una anilla metálica. Pensé que llevaría algunos años allí, pero tras informar a Aranzadi de San Sebastián, me enviaron sus datos para aclarar mis dudas y conmemorar el Día de las Aves Migratorias con su historia.

Era de un flamenco común, sexo desconocido, 1800 gr y tamaño de ala de 299 mm. Anillado en Fuente de Piedra, el 30 de julio de 2022. 420 días después, la encontré a 188 km sin ninguna pista de su muerte. Fríos datos estadísticos que analizados, cuentan varias historias.

P09407 hizo un único vuelo, llegó con sus padres, y aún era gris y blanco. Pudo morir de forma natural o por algún visitante que no ató a su mascota. Interpretaciones sin rigor científico, pero sí didáctico. 

Conforman una metapoblación, dividida en grupos por el Mediterráneo y África Occidental. Los anillados en Málaga se ven en la mar Chica de Marruecos, en Italia o Turquía. Ante la sequía, están apareciendo nuevas zonas de nidificación en España, como Gallocanta en Aragón, o Torrevieja en Alicante. En Punta Entinas lo intentaron, pero las lluvias malograron los nidos. 

Si vuelve a llover, lo sucedido en Fuente de Piedra quedará en una anécdota histórica. Este año no han anidado. En 2022 solo nacieron 3.700 pollos, pocos si los comparamos con los 9000 de 2020. Lo más insólito ocurrió en 2021, cuando anidaron, pero abandonaron los 3000 huevos.

No hay que preocuparse por ellos, no están en peligro, pero sí por nosotros. Adaptarse al Cambio Climático, no significa anunciar un millón de euros en las Albuferas de Adra (¿mismo cheque de hace 4 años, o el de las Salinas de Cabo de Gata?), o publicar que ampliarás Doñana, mientras amenazas con aprobar la Ley de regadíos en un mes si el Gobierno no soluciona el problema. 

La solución es ir a la raíz, gestionar bien el agua y cambiar modelos económicos y agrícolas. El resto son parches, tan eficaces como sacar a los santos o bailar la danza de la lluvia.