Esta frase la pronunció el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hace ya casi 16 años. “Yo sé poco de este asunto, pero mi primo supongo que sabrá. Me dijo que ha traído a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno le ha garantizado el tiempo que hará mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?”
Mucho se ha comentado de estas declaraciones del que fuera también presidente nacional del Partido Popular, convertido hace década y media, cuando aún no había pisado el Palacio de la Moncloa, en el primer negacionista del cambio climático.
Ahora, afortunadamente, Mariano Rajoy es uno más de los convencidos de que el cambio climático es una realidad, aunque en ciertos estamentos de la política española se mantenga ese negacionismo. No descubro la pólvora si me dirijo claramente a Vox.
Este 12 de octubre, Día del Pilar, el calor era sofocante en la capital almeriense. Lo mismo que hace justamente hace una semana en una tierra donde precisamente no abundan mucho los 30 grados en el otoño, en el País Vasco. Tuve la oportunidad de viajar hasta Bilbao para, entre otras cosas, animar a la Unión Deportiva Almería y pude comprobar que allí tampoco se ha producido el cambio de ropa en los armarios. Almerienses y vascos, a este paso, lo dejaremos para el Puente de Todos los Santos.
Por lo tanto, negar a estas alturas el cambio climático solo puede conducir a la miopía intelectual. En los últimos años se ha producido un importante cambio de mentalidad en lo que se refiere al medio ambiente. Antes parecía que solo era una preocupación de cuatro ecologistas reunidos en la mesa de un bar o un restaurante. A las nuevas generaciones – no me refiero de manera expresa a las del PP – les preocupa mucho tener un entorno sostenible y, lo que es más importante, que lo tengan sus futuros hijos, nietos, … El primo de Mariano Rajoy seguro que ya no piensa lo mismo que en 2007.
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