Siempre que voy a la capital me compro un libro. No puedo resistir la tentación de entrar en la Picasso. Antes buscaba a Houellebecq, ahora a Annie Ernaux. Esta vez me he comprado “Perderse”. Me gusta el título, la portada, y también me leí el primer párrafo. Todo eso me hizo decantarme por esta novela relatada en forma de diario. ¿A quién no le gustaría perderse o decirle a alguien, tú eres mi perdición?
Además mi estancia en la ciudad coincidió con el primer fin de semana del Festival Internacional de Cine de Almería (FICAL), que todavía sigue celebrándose, y tuve la gran oportunidad de acudir en el Teatro Cervantes a la proyección del largometraje “Te estoy amando locamente”.
Salí del cine tocada, sentía un nudo en la garganta y mis ojos se llenaron de lágrimas en una de las escenas finales: la mirada entre Reme, la madre del protagonista, y Miguel, su hijo. Al final se abrió un coloquio y siempre es interesante conocer a los artífices de la historia en la que acabamos de sumergirnos y poder comentarles dudas o hacerles preguntas.
A mí me surgió una. Por ejemplo, me hubiera gustado escuchar la canción de Las Grecas interpretada por Miguel, como sí lo vimos cantando “Yo no soy esa” de Mari Trini. Y yo quería preguntar por qué no fue así, siendo esa canción el título de la película. Resulta demasiado evidente, no sé, pero me cautivó la interpretación de este personaje.
No llegué a plantearlo. Estaba sentada en la punta atrás y me entraron nervios. Lo que sí aprendí con este filme es a comprender la lucha de los homosexuales españoles, allá por 1977, cuando ser homosexual constituía un delito dentro de la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social vigente desde el franquismo, y cómo surgieron las primeras manifestaciones que dieron lugar al origen del Orgullo.
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