El conflicto entre Israel y Palestina es tan peligroso y complejo, que va a cambiar para siempre la situación de Oriente Medio. Nada será igual después del atentado de Hamás y la bárbara respuesta de Israel contra Gaza. A día de hoy, es una quimera confiar en una solución.
Mientras a Palestina se le ha negado cualquier derecho a ser libre, Israel no ha tenído problema en tener la tierra que le dieron en 1948, más la que ha robado arrinconando a los palestinos. Son décadas de sufrimiento, soportando la violencia de unos colonos que día a día roban parte de su tierra y tiran sus casas. El Estado de Israel ha sido bendecido por los grandes, se le ha tratado y consentido como si fuera un niño mimado que puede hacer lo que quiera. Y lo ha hecho. La comunidad internacional, hipócrita, ha mirado para otro lado, tan solo emitiendo condenas y resoluciones, y ésta es la encrucijada.
Las políticas ultranacionalistas del gobierno de Netanyahu han contribuido a la escalada del conflicto. Es esencial separar lo que hace el gobierno israelí con albergar sentimientos antisemitas. La crítica no equivale a odiar al pueblo judío, ni mucho menos dejar de condenar el terrible atentado que ha sufrido.
Miedo Las palabras de Netanyahu dan miedo: “La respuesta va a ser brutal, con una fuerza nunca vista, que será recordada durante generaciones”, tratando a los asediados como animales. Netanyahu debe irse y comerse sus palabras. Éste gobierno de “halcones”, tiene que ser censurado por los países que le están apoyando, Durante años, Israel ha fortalecido a Hamás para mermar la influencia de la OLP que era más proclive a negociar tratados. (hay grabaciones registradas del Mossad sobre esto). Parece que Israel buscaba: el ojo por ojo, que está dejando al mundo ciego. El terrible y condenable atentado provocado por Hamás, trae como consecuencia una Gaza bombardeada donde solo pueden vivir los muertos. ¿Cuántos palestinos tienen que morir por cada israelí asesinado por Hamás?
No hay ninguna guerra civilizada, pero aún así, todas tienen sus reglas. En ésta no se está respetando ninguna ley internacional o humanitaria. Tirar bombas a civiles hambrientos, en su mayor parte niños, convertir en polvo hospitales, es un genocidio. Gaza es una ratonera donde Israel no permite que entre ni salga nadie. No se quiere distinguir entre terroristas y la población civil. ¿Acaso son terroristas los niños?, ¿las mujeres?, ¿los periodistas?, ¿los médicos?, ¿los cooperantes?... Es crucial entender que no todos los palestinos apoyan a Hamás, del mismo modo que no todos los israelíes apoyan las acciones de su gobierno.
Claramente hay un uso desproporcionado de la fuerza empleada contra Palestina,
¿Que pretende Israel? ¿Donde y cómo terminará su venganza?
La ONU está obligada a abordar esta crisis y exigir un alto el fuego y la entrega de ayuda humanitaria. Si la ONU no interviene de inmediato, es que ya no sirve para nada. Cabe señalar el triste papel de Estados Unidos vetando la resolución que pretendía parar la masacre.¡La historia lo juzgará!
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