Sin duda, hay que felicitarse por lo acontecido este jueves en el Congreso de los Diputados, pues no abundan acuerdos con tanto respaldo, y menos para reformar la Carta Magna. Suprimir el término “disminuídos” en el artículo 49 para cambiarlo por “personas con discapacidad” es todo un hito.
El colectivo afectado lucha cada día para tener el lugar que quieran tener en la sociedad, no al que muchos quieren relegar. Una lucha por la inclusión, la diversidad y la visibilidad que necesitaba también este cambio tan importante para seguir andando el camino que aún queda por recorrer. Y es que, el paro, la discriminación o el abandono se ceba especialmente con colectivos más vulnerables. En este sentido, si confluyen más factores, como la desigualdad por género, encontramos en nuestra sociedad personas especialmente desfavorecidas, algo que no ve la extrema derecha, los únicos que han votado en contra.
Por eso son importantes los adjetivos empleados, para no verbalizar estigmas ni tener prejuicios hacia nadie. Dice Jesús Vidal, Goya al actor revelación en su 33ª edición por su papel en ‘Campeones’, que “Los prejuicios son una gran discapacidad”.
Es terrible esto de los prejuicios, ya sea hacia el colectivo de personas con discapacidad o hacia otro, como el de migrantes, hiper atacado por la extrema derecha, y al que señala y estigmatiza Ayuso solo para confrontar con Sánchez tras trasladar migrantes desde Canarias a un pabellón en Madrid, tratando de impulsar la solidaridad territorial.
A ver cuándo presenciamos otro hito político y dejan esta gran discapacidad quienes se empeñan en señalar a otros como culpables de sus males, y buscan verdaderas soluciones a los problemas.
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