¿Infierno vecinal en Madrid?

En la bandeja azul del océano hay quien quiere ser vela, mientras que otros prefieren ser lastre. Diferente vocación marinera. No hay poética en la procelosa vida municipal, ni versos de anclas y estrellas a los concejales entre el oleaje informativo, pero los almerienses han votado al PP a todo trapo y han puesto a lo que queda del PSOE en el sollado del barco. Y esa aguja de marear la deben llevar clavada los socialistas en la carótida, porque no paran de desangrarse a ocurrencias y madresmías. La última es la de ponerse a mentorizar -así se dice ahora- a un grupo de vecinos del Toyo cabreados por la celebración veraniega de un famoso festival de chunda-chunda cerca de sus casas. Estoy convencido de que si el tema se hubiera ido a Málaga, Almería lloraría porque se habría perdido otra oportunidad de crecimiento y promoción. Pero como viene a la capital, lloramos por las molestias. Los vecinos, que tienen todo el derecho a sentirse como estimen, se están dejando asesorar por estos expertos en agitación sobrevenida que apatrullan las redes a la caza de malestares que abanderar. Ya lo hicieron con los vecinos que se construyeron unos cortijos en mitad de la nada y que decidieron que las farolas tenían que llegarles a sus puertas. Ahora los socialistas quieren que los del Toyo hagan ruido en su nombre pidiendo silencio a pancartazos. Es su nuevo frente. Y es que en el PSOE piensan que su futuro pasa por lastrar el porvenir de todos. Ya lo hicieron con el Corte Inglés y la Plaza Vieja, impidiendo el crecimiento y la generación de riqueza y empleo en nuestra ciudad. Allá ellas y ellos. Y en vista del eco mediático, será que estas son las políticas y las noticias que nos merecemos. Pero no he visto que la prensa de Madrid aborde las molestias que sin duda causará el anunciado circuito urbano de Fórmula 1 calificándolo de “infierno vecinal”. Tan sólo hablan del reporte económico, de buena gestión y de la visión de futuro de su ciudad. ¡Serán catetos!