¿Es posible la paz?

Hoy, 30 de Enero celebramos el Día Internacional de la Paz y, como todos los años, se multiplican los actos y declaraciones en contra de la guerra y a favor de la Paz, ese viejo sueño de la humanidad que va más allá de la utopía pues se convierte en una necesidad, en una condición para la supervivencia de la raza humana. Cuando veo imágenes de niños en Gaza y otros muchos lugares del planeta, que no han conocido desde su nacimiento otra cosa que la miseria y que utilizan como juguetes la metralleta, siento muy dentro de mí dolor e impotencia. Los interrogantes surgen por sí solos: ¿Para que reine la paz es necesaria la guerra?, ¿Acaso la Paz es el sometimiento de los débiles a los intereses de los poderosos por medio del silencio y la obediencia?, ¿Por qué no se sustituye la partida de los Presupuestos del Estado destinada a gastos militares por otra que invierta íntegramente en conseguir la Paz “pacíficamente?”. No creo que existan conflictos bélicos justos porque la guerra únicamente sirve para engendrar deseos de venganza y se convierte en una continua escuela de terroristas. El hecho es que desde la Prehistoria seguimos utilizando la violencia porque no queremos entender que  sin Paz no hay derechos humanos. En las familias, en las escuelas, en el trabajo, en el Congreso, en los cafés...tenemos que defender diariamente las posibilidades de Paz porque en una guerra pierden todos hasta los que creen que han ganado. Como dijo una periodista musulmana, “Las guerras sólo sirven para desbaratar las vidas ¿Por qué siguen teniendo interés en mantener la violencia en el planeta tierra? ¿Es que no sienten nada?”. Maquiavelo ya lo decía: los políticos son los peores enemigos de los ciudadanos si hay intereses por medio.

“Cuando el mundo entero estalle será demasiado tarde y mi paloma o mi rosa de la paz, esa vieja rosa con heridas, ya no podrá aguantarnos más” (Amaral).