En el año 1982, estando con mi familia en el Parador Nacional Luis Vives de Valencia, estábamos disfrutando de un apacible dia en la costa levantina, cuando hacia las dos de la tarde, aún no teníamos hora en el comedor, la ETA, avisa a la centralita del Parador que hay una bomba que va a estallar en breves minutos, en la playa cercana, a la que se accedía desde el Parador y que está a unos 800 metros del edificio del hotel, rápidamente, sale corriendo uno de los ejecutivos del hotel a avisar a las personas que había en la playa. Entre esas personas, estaban mi mujer y mi hijo de 4 años, junto con mi cuñada y mis sobrinos de tres y cinco años.
Nada más oír la llamada a gritos del empleado del Parador, salimos todos corriendo, máxime, quien suscribe este artículo, que había sufrido en sus carnes el asesinato del Inspector de Policía Juan Carlos Merenciano Ruiz, de tan solo 25 años, hijo de un amigo y sobre todo, hermano de un compañero mío de juventud y estudios, que los asesinos a los que este lamentable presidente quiere amnistiar, asesinaron el día 30 de octubre del 1980. No creo necesario decir cómo me sentí mientras corría. Pero aquellos hijos de puta, habían avisado tarde y cuando nos faltaban apenas cincuenta metros para llegar, se produjeron dos explosiones que levantaron una gran masa de arena. Si yo tuviera las tripas del Presidente de Gobierno y de su adlátere el Sr. Bolaños, les desearía que sintieran con uno de sus hijos, lo que yo sentí en los apenas cinco segundos que me costó recorrer los cincuenta metros que faltaban y ver a mis niños, llenos de arena, aunque afortunadamente sin daño alguno excepto el miedo y el daño moral sufrido por todos; pero afortunadamente, yo no soy de ese partido que pacta con asesinos y no se lo deseo a ellos ni a nadie.
Porque lo más grave es que para este gobierno, como no les pasó nada, ese atentado, estaría, según sus teorías, ubicado como el terrorismo bueno y con una pequeña multa, todo arreglado. Ver llorar temblando a aquellos niños entre tres y cinco años, con los ojitos y las bocas llenas de arena y ver llorar asustados a sus padres y allegados, es algo que nunca podré olvidar; pero desgraciadamente, a estos desaprensivos, les importa un rábano, ya que los suyos, rodeados de cientos de guardaespaldas, están más que seguros. Por eso, Cuando ahora, después de lo que está ocurriendo a diario, leo en la prensa, la que no está amamantada por este gobierno, que pretenden llevar a cabo la reforma del Código Penal para precisar el alcance del delito de terrorismo, un delito recogido en el artículo 573 del Código Penal y se considera como tal “la comisión de cualquier delito grave contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral,….”, siento dolor, angustia, Bochorno y sobre todo ¡Asco! Siento dolor, por mi España que estan mancillando estos canallas; angustia, por mi familia que va a estar expuesta a que la maten; y a los asesinos, ya se analizaría, primero si eso era terrorismo, después, si es terrorismo del bueno o del malo y finalmente, si son catalanes, a casa y con paga. Porque, si después de ver los vídeos del Aeropuerto del Prat, con miles de personas corriendo asustadas, eso es simplemente un altercado de Orden público para este gobierno; y la culpa fue de quienes estaban allí; y en consecuencia, ni les condenen porque el Sr. Sánchez ha de gobernar. sinceramente, siento bochorno. Siento vergüenza, porque aunque traidores a España y a los españoles, los que lo permiten son españoles; y asco, porque solo oírles apoyar a los delincuentes y pactar con ellos, me hacen vomitar, aunque haya algún pelota que vivirá del cuento que le molesta que diga las verdades como las digo. Pero esa es la verdad y de ahí, nadie me ha de mover.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/269570/angustia-bochorno-verguenza-y-asco