Las relaciones entre las Siervas de María y la Iglesia de Almería

Las Siervas de María, Ministras de los Enfermos, fuimos fundadas el 15 de agosto de 1851 en Madrid por Santa María Soledad Torres Acosta. A los veinticinco años de la existencia de la Congregación, Madre Soledad fue invitada a Almería por el Obispo José María Orberá, para cuidar a los enfermos y a montar una escuela gratuita de niños y niñas abandonados en la calle. A la invitación Madre Soledad llegó a la cuidad el 7 de junio de 1876 acompañada por una Hermana Sor Angustias Jiménez desde Cartagena por el mar. Fueron a esperarles dos sacerdotes diocesanos y dos Hijas de Caridad. Fueron huéspedes en la casa de las Hijas de Caridad a su llegada a este cuidad.

El Obispo Orberá muestra el cementerio de San José, de la Orden Tercera de San Francisco ya abandonado a Madre Soledad como el sitio donde va a construir el convento y la Santa Madre aceptó con gusto diciendo “para mi y mis hijas, con una choza nos basta”. En este sitio levantaron una casa hermosa, el convento de San Blas, aunque en el año 1936 se quemó, pero hasta hoy las hermanas se considera como las Hermanas de San Blas donde la fiesta se celebrar cada año, antes había una misa especial en ese día, pero ahora se junta con la misa de la mañana, pero se venera la imagen de San Blas, los cordones y los rocos de San Blas se reparten a los feligreses.

A ver el panorama de la cuidad, Madre Soledad volvió a Madrid sola dejando a Sor Angustia realizando el Apostolado al primer enfermo, Don Miguel Beloy. El 27 de agosto Madre Soledad regresó a Almería y sale de Madrid acompañada por Madre María Josefa Díaz con cuatro Hermanas y Sor Desamparados Camero como superiora. Viajaron por el mismo camino como la primera vez por Cartagena. Llegaron el día 29 y Sor Angustias Jiménez y dos hijas de caridad fueron a recibirlas.

Quedaron en la habitación del guarda en el cementerio donde iba a construir el convento. Las más ancianas dormían en la cama y las otras en el suelo, así comenzó la fundación de Almería en silencio y pobreza. Atendía la misa en la iglesia más cercana que era la de San Sebastián. El Señor Obispo dijo a la Madre Soledad de no gastar nada porque él quería ver la providencia de Dios sobre las Siervas en Almería, así fue, las Hermanas acompañadas de un sacerdote iban pidiendo limosna. Don Vicente Balaguer, el secretario del Obispo fue el primer capellán de las Siervas. Siguiendo las instrucciones del Obispo, Madre Soledad y Sor Josefa Díaz, acompañado por el Lectoral de la Catedral Don Eusebio Sánchez, el día 28 de agosto hasta 3 de septiembre fueron a Berja, Dalias y Aguadulce para pedir limosna. También del 15 de septiembre al 2 de octubre por el mismo fin salieron para Vera, Garrucha, Huércal-Overa, Vélez-Rubio y Vélez Blanco. Fueron momentos muy difíciles por los medios de transportes de carros, burros, etc.y se hospedaban en las casas de los párrocos. Al termina la ruta, la cifra de las limosnas fue 5.499 reales que el Obispo le mandó llevarla para la construcción del noviciado en Madrid.

El obispo Orberá en su primera visita en Madrid animó a la Madre Soledad a comprar un edificio de fabrica en Chamberí para establecer allí el noviciado, pagando él de su bolsillo. Él dio poderes a Don Francisco de cuba el arquitecto para representarle y pidió a su amigo el auxiliar del arzobispo de Toledo Don Ciriaco Sánchez a bendecirla. Hoy en día este edificio es la casa Madre de las Siervas de María.

En el año 1885, la cuidad es azotada por una gran epidemia de cólera, las familias escapan dejando a sus enfermos y el Señor Obispo se encargó de organizar los cuidados que se realizaron los sacerdotes y las Hermanas a los enfermos.

El Obispo Orberá cumplió con su promesa de levantar el convento de San Blas en el que las Siervas iniciaron un asilo de niñas y unos talleres para la formación de mujeres y también el convento será un hogar provisional para las comunidades religiosas que el obispo traerá a la cuidad. A los almerienses les quedan el recuerdo muy especial de aquellos tiempos de la fundación que las Siervas miman y cuidan con gran cariño al pueblo. La fundación de las Siervas en Almería y el nombre del obispo Orberá desde entonces quedaran unidos y en esta cuidad hay calles dedicados a ellos.

En el año 1878 como recompensa del cuidado prestado al Padre del Obispo Orberá, costea a Madre Soledad y Sor Josefa Díaz visitar al Papa León XIII, en Roma acompañado de su capellán. En esta visita coincidió el deseo del Papa con la petición del Obispo el motivo de la fundación, además de atender a los enfermos, un asilo de niñas pobres. A los tres meses de la fundación en Almería, el Obispo pidió otra fundación en Berja, al mismo tiempo en Garrucha. Desde tiempo del Obispo salieron chicas con vocaciones de Siervas de María y desde entonces la Congregación ha tenido Hermanas de esta provincia de Almería.

Madre Soledad murió en la casa de Chamberí el 11 de octubre 1887 donde guarda sus restos, fue beatificada el 5 de febrero 1950 y canonizada el 25 de enero 1979. Todos los años la Iglesia de Almería la celebrar como memoria obligatoria.

Desde tiempo de la fundación las Siervas de María han mantenido las relaciones con la Iglesia de Almería, a lo largo de los años han servido a los ciudadanos de esta ciudad, hubo un largo tiempo que tuvieron cuidado a los sacerdotes en la casa Sacerdote hasta la escasez de personal. Antes la catedral era la parroquia de la comunidad, pero ahora pertenece a la Iglesia de San Pedro. Las Hermanas algunas veces ayudan hoy en día en la decoración de la catedral, en los cantos cuando hace falta y se encarga de cuidar a los pobres despreciado en la casa Nazareth que pertenece a la Iglesia de Almería. También las Hermanas participan en las misas y algunos acontecimientos organizados en la catedral siendo el capellán de la comunidad Don Juan José Martín Campos, el Deán de la Catedral. Hoy la comunidad está compuesta por nueve Hermanas con la Madre Beatriz Zudaire como superiora.