Seguramente el día que salga a la luz esta columna esté viajando a otro continente. Mientras tanto me preparo leyendo la Constitución Española. Me entusiasman el Preámbulo y el Título Preliminar. Recuerdo que hace años cuando entrevisté a un abogado y le pregunté sobre cuál era su artículo preferido, me recitó de memoria el artículo diez en su párrafo primero: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”. Es tan bello y utópico que bastaría con el cumplimiento de este párrafo para que se acatara toda la Constitución.
Buscando una inspiración, en esos días previos al viaje, estuve tentada a ir al cine Regio a ver “One Love”, pero no lo hice. Miré el tráiler y la encontré floja y superficial, luego leí algunas críticas y me lo confirmaron: muy anecdótica, nada profunda, una americanada. Sin embargo, me encantan Bob Marley y el reggae. Siempre he deseado celebrar una noche en la playa con un fuego y música, como si estuviera en Jamaica, pero todavía no he realizado este sueño y lo anhelo fervientemente.
Como no fui al cine, me quedé en casa y vi “Imprescindibles” en la 2. Sabía que trataba del escritor Francisco Umbral. Todavía no he leído ninguna novela suya, solo alguna columna, pero me parece tan atractivo y farsante este dandi que estoy dispuesta a hacerlo en cuanto pueda. Me quedé con una frase suya: “El éxito está vacío”.
Tampoco me imaginaba nunca que un día iría a Ceuta, después de haber estado un par de veces muy cerca y no haberlo hecho, sin embargo, ahora voy expresamente a hacer un examen en esta ciudad española del norte de África.
Ya lo tengo todo y estoy deseando partir.
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