Como en el Sorteo del Niño

Mientras que la Coral Vajillas del sanchismo trata de hacer espuma editorial para blanquear la cada vez más evidente trama de corrupción enmascarillada en el núcleo de poder del PSOE, la sección andaluza del partido ha montado un festival de coros y danzas sanitarias que merece alguna consideración. De entrada hay que situar la performance -repetida disciplinadamente en todas las provincias- en el escenario post traumático del descalabro que las últimas elecciones municipales han supuesto para el socialismo andaluz, que de fuerza hegemónica ha pasado al umbral de la irrelevancia. Y eso obliga al todavía líder de esa fuerza, Juan Espadas, a tratar de proyectar una imagen de oposición feroz a un Juanma Moreno que gobierna con la triple placidez que dan las encuestas, las percepciones y, sobre todo, las cifras. Andalucía no echa de menos al PSOE y el cesarismo temerario del cada vez más acosado presidente Sánchez lastra aún más las posibilidades de recuperación del poder autonómico. Tampoco ayuda a ese objetivo la fabricación de un relato demagógico que sólo resulta creíble para la militancia de bocata y gorra. No seré yo el que diga que la sanidad andaluza no necesite mejorar y que todo sea perfecto, como cuando los socialistas hablaban de esa “Andalucía imparable” que sólo existía en su imaginación, pero no es posible ver a los socialistas almerienses movilizándose por la Salud sin recordar su vergonzante y cómplice silencio de antes. Como cuando la Junta del PSOE de Sevilla llegó a acumular casi una década de retraso en nuestro Hospital Materno Infantil o cuando fueron incapaces de rehabilitar la Casa del Mar. Y eso por no hablar de la gestión de las listas de espera y el funcionamiento político de los centros de salud. Si sacar a los cargos antes mudos con números en la mano, en plan Sorteo del Niño, es todo lo que puede hacer Juan Espadas para presentarse como alternativa real, me parece que Moreno Bonilla puede ahorrarse hasta las encuestas.