Seis años sin Gabriel ‘El pescaíto’

Carta de la madre de Gabriel Cruz

La ballena de Gabriel y de la buena gente.
La ballena de Gabriel y de la buena gente. Europa Press
Patricia Ramírez
20:20 • 12 mar. 2024

Un 11 de marzo de hace seis años me enteraría de que durante doce días estuvimos de forma innecesaria y cruel buscando a nuestro pequeño Gabriel con vida ante la mirada impasible de quien se la había llevado. Seis años desde que supe que no volvería a verlo, ni abrazarlo… Seis años desde que publicarían su pérdida y empezaría un Tsunami de mala información que resultaría imparable, cruel, innecesario y tremendamente agotador.



Muchos nos culparían y seguirán culpando para justificar su comportamiento o el derecho a poder consumir nuestro caso como si de una película de entretenimiento se tratase. ¡Ellos se lo buscaron por salir a buscar a su hijo!, son de podemos, quieren protagonismo, están en contra de la permanente y por eso se lo merecen…, cualquier afirmación es válida para legitimarse y utilizar la memoria de mi pequeño con lo que les surja.



Culpar a las víctimas suele ser, desgraciadamente, muy habitual. No se puede culpar a unos padres por buscar ayuda por todos los lados y cualquier medio a su alcance por encontrar o salvar a su hijo, hija, hermano, mujer, marido, abuelos…. Tampoco debería ayudárseles a cambio de exponerles continuamente y utilizar su historia a conveniencia pues más que ayuda resulta aprovecharse de personas VULNERABLES necesitadas de cuidado y protección (sus vidas cambiaran para siempre de forma drástica y brutal).



Jamás pude imaginar el terrible dolor y deterioro que nos provocaría la mediatización de su caso, el daño irreparable y el impacto que sigue teniendo en nuestras vidas. Por ello hoy en memoria de mi pequeño Gabriel, me siento a escribir estas líneas con mis reflexiones y ofrecerlas a quien quiera leerlas y compartirlas porque sienta que pueda resultar útil de cara a reflexionar y cambiar sobre lo que no es adecuado y por tanto pienso que no “corresponde” en el tratamiento de nuestros casos.



Resulta triste observar cómo en estos seis años cuando he salido a la opinión pública (para solicitar que no se nos hicieran más “perrerías”, respetasen el juicio, pedir auxilio ante la emisión de un posible documental de su asesina, sus autopsias, tras verlo anunciado como mutilado en páginas y videos de carácter gore, podcasts cargados de morbo reproduciendo información injusta y dañina…) siempre lo he hecho desde el miedo y el enfado a que esto no parase nunca, a que se siguiera pensando que el la insultó manchando todo su ser y esencia, a que nos siguieran preguntando y recordando todo lo cruel, a que se acerque su aniversario y vuelvan a rentabilizar su caso, a que si me expresaba en la defensa de mis derechos lo utilizasen para ponerme en contra de otras víctimas o afín a un partido político o ideología.



Se ha llegado a decir que nos lo merecíamos porque antes de lo sucedido éramos “podemitas”, ¿entonces todos los de podemos se merecen que les asesinen a sus hijos? ¿y si fuese del PP? ¿o del PSOE? ¿pero hasta dónde llegamos? Jamás he estado afiliada a un partido político, así como no me he manifestado al respecto pues no creo que sea relevante mi ideología política para reclamar justicia y respeto en nuestro caso.



Siempre he pensado que las víctimas no deben de ser utilizadas por ningún partido político. Cuando una familia pasa por un crimen o situación atroz suele poner en evidencia las carencias de la sociedad y los fallos del sistema. Los políticos deberían de atenderlas y cobijarlas de forma conjunta pues hay situaciones que no dependen de las ideologías sino de la HUMANIDAD y es cuestión de todos los que gobiernan siendo su función dar ejemplo a la sociedad.



En estos seis años he leído mucho interesándome porqué suceden estas cosas e intentando comprender porque nos desensibilizamos ante el dolor ajeno y las desgracias humanas. Comprendí que por cuestión de supervivencia mirar mucho tiempo hacia las víctimas resulta doloroso pues nos recuerda lo vulnerables que somos y de forma más o menos natural suele mirarse para otro lado, culparlas, categorizarlas, absolverlas o condenarlas para toda la vida. Casos como el de la víctima de la manada o Rocío Carrasco son muestras evidentes de estos extremos.


Creo que nadie debería de juzgar a otra víctima por intentar resolver su situación pues la desesperación es fruto del dolor, la impotencia, la soledad, la falta de medios, de justicia y asistencia adecuadas ¿Quién decía aquello de que cada uno sube las escaleras cómo puede? Ojalá llegue el momento en que puedan elegir si han de exponerse o no de forma libre y no motivadas por su situación de desamparo y no tener otra salida.


Existen análisis sobre la cobertura mediática y el sensacionalismo de nuestro caso y otros casos violentos mediáticos de España reflejados en numerosos trabajos de fin de grado y de másteres, artículos científicos, libros e informes de profesionales y expertos en la materia que se han publicado poniendo de manifiesto las malas prácticas, la necesidad de un tratamiento adecuado a las noticias de sucesos y la vulneración de derechos fundamentales.


Hace pocos días solicité en la red social de X por medio de un post a Equipo de Investigación la retirada de la promoción y el vídeo del caso de Gabriel. Estaba dolida porque desde hace seis años se promocionan los mismos videos de forma habitual y supongo que en un gesto de saturación me permití demandárselo públicamente, pensando que lo tenía perdido. Quizás fruto de que cada vez existen más personas que alzan la voz defendiendo los derechos de las víctimas y la responsabilidad en el periodismo hacia el tratamiento de nuestros casos se generó una oleada de solidaridad y apoyo que permitió que la productora retirase la pieza. Lloré de alegría al enterarme dejando el rencor acumulado hacia un lado y quedándome con la buena voluntad manifestada por el medio.


Muchas víctimas intentamos agarrarnos a lo bueno para crecer y sobrevivir a lo que nos ha pasado. Ejemplos como la lucha de las víctimas del terrorismo de ETA, del 11M, de desaparecidos, han permitido poner de manifiesto la necesidad de protección por parte de las instituciones y medios de comunicación de sus derechos y la memoria de sus seres queridos mejorando la protección, aunque aún quede un larguísimo camino por recorrer.


Llegando casi al final de estas reflexiones le digo al miedo que se aparte a un lado para permitirme ser libre y valiente compartiendo lo que siento porque como decía el maestro José Luis Sampedro, hay batallas que hay que librarlas independientemente del resultado. Sé, que lo que voy a demandar a continuación es tan difícil que ocurra como poder volver a abrazarle que es lo que más deseo en este mundo, pero no por ello dejaré de intentarlo.


Hoy, 11 de marzo de 2024, les pido a los medios de comunicación y redes sociales que pongan la ética y el buen hacer frente a la conveniencia. La profesionalidad y la decencia frente a intereses particulares o económicos. Les solicito y ruego que den un paso adelante y den un ejemplo de cómo este país respecta adecuadamente a las víctimas y las protege del dolor innecesario.


Les pido que retiren “lo feo” de sus cuentas y dominios, lo que mancha su memoria, sus titulares escabrosos, videos, podcasts morbosos e innecesarios, etc. Les ruego reflexionen antes de negármelo si podría resultar bueno para proteger su profesión y para ustedes, en particular, si les sucediera algo parecido.


Sé que con esta petición igual corro el riesgo de que algunos me diagnostiquen a partir de ahora un trastorno mental o aludan a que estoy loca o tarada por solicitar tan tremenda empresa. Luchar contra Goliat o ir contracorriente nunca fue fácil, “ladran Sancho, luego cabalgamos” me decía un gran maestro recordándome a El Quijote. Ojalá se entienda que nadie está exento de poder sufrir una tragedia y cuando sucede es devastador.


Cierro este escrito agradeciendo su apoyo y cuidado a todos los ilusos o locos -como yo- que creen que este tipo de malas prácticas pueden cambiar y, en especial, a toda la marea de buena gente que nos han apoyado a lo largo de estos seis años sin soltarnos.


NOTA: Les ruego, que si no entienden mis demandas o intenciones no usen estas palabras para generar polémica o volver a contar lo dañino de nuestro caso, etc.


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