Sin Presupuestos y sin AVE

Disculpen que no aborde ahora la burbujeante polémica sobre lo que hizo o dejó de hacer en su empresa un tipo antes de ser novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, y que tampoco pretenda equiparar esa situación con la cada vez menos explicable presencia de la mujer del presidente del Gobierno en el entorno de negocios de favor y proximidad que huelen exactamente a lo que ustedes y yo sabemos que huele. No voy ahora a eso. Y es que vista desde Almería, la actualidad relacionada con el sedicente Gobierno presenta un perfil muy inquietante del que nadie o casi nadie se ocupa: ¿cómo afecta al anuncio de la llegada del AVE en 2026 la ausencia de Presupuestos Generales del Estado para 2024? Es evidente que, de un modo u otro, paralizar las previsiones económicas en un proceso de desarrollo de unas obras tiene un efecto en su cronograma. Esto es sí o sí, por mucho que los socialistas guarden silencio o se empeñen en decir que se puede vivir muy bien sin los Presupuestos que hace quince días anunciaban como seguros y beneficiosos. Y no olviden que nos hemos quedado sin esos Presupuestos porque el adelanto electoral catalán le ha cambiado el escenario a Pedro Sánchez, que sólo gobierna en función de su propio interés. ¿Podemos asumir con normalidad que el Gobierno de España incumpla la Ley y se niegue a presentar Presupuestos para no agitar su inestable red de apoyos parlamentarios? Imaginen que el Ayuntamiento de Almería hubiese renunciado a presentar Presupuestos porque la alcaldesa sospechase que no se los iban a aprobar en el Pleno. ¡Menudo escándalo! Ya imagino a los concejales del PSOE encadenados al Pingurucho y la aparición de plataformas vecinales luciendo camisetas con el lema “Sin Presupuesto no mereces tu puesto”. Pero lo cierto es que no tenemos Presupuestos Generales del Estado y aquí no pasa nada. Eso sí, cuando el AVE no llegue -que no va a llegar- en 2026, no descarten que le quieran echar la culpa a Ayuso.