Lo de la democracia. Circo, emojis y bulos

En Atenas, la democracia era directa, aunque solo para los ricos. Antes de debatir, se asesoraban muy bien por los sofistas, por eso estaban bien informados y podían defender con firmeza una cosa y la contraria si era menester. Ahora nuestra democracia es representativa, elegimos a las personas que suponemos van a defender nuestras ideas. Pero votamos una lista cerrada que es bastante tonta, o dicho de otro modo, en las listas hay gente que ni conocemos ni sabemos de su catadura moral o ética, es como jugar a la lotería. Puede que se queden al margen del partido por el que se presentaron, puede que se vendan, puede que sean delincuentes, chorizos o payasos bravucones. Tenemos un congreso que es un circo, ya nadie presume de hablar bien o mantener una línea discursiva. Hay falta de diálogo y de escucha. Y es que son una imagen, un espejo de la sociedad que se nos ha quedado. Una sociedad analfabeta en general que acepta con buena voluntad la manipulación y los bulos que lanzan desde los coros mediáticos más establecidos, hasta los mindundis que actúan desde YouTube, Twitter, TikTok y demás redes. Una sinfonía de barbaridades que infectan la mente de muchas personas a las que se les suponen cierta inteligencia. Conforme progresan las redes sociales, disminuyen las neuronas y la educación. Es la manera más rápida de perder la fe en la política democrática.  El consumo de “reels” o videos cortos, la lectura apresurada de titulares, y la difusión de bulos de decenas de periódicos digitales, está cambiando nuestra percepción de la realidad, ya no hay profundidad y esto deteriora el conocimiento y la convivencia. Y lo peor es que no hay ningún entusiasmo ni interés en aprender. Estamos en el puro vacío. El pensamiento crítico ya no existe. Es la democracia de la sociedad simple. Cada vez menos palabras, más emojis, más bulos, menos análisis. Muchas noches, después de ver el último telediario del día, me viene a la mente la frase de Mafalda. “paren el mundo que yo me bajo”. ¡Reflexionemos!