Los Coloraos en Almería (1824-2024)

Los días 4 y 5 de junio, el IEA organiza unas conferencias para conmemorar el bicentenario de la hazaña que protagonizaron estos Mártires de la Libertad. Durante estas dos jornadas, especialistas de relieve (Antonio Ramírez, Sánchez Picón, Oscar Rodríguez y Rafael Quirosa) nos ayudan a entender el significado de este hecho histórico. Nos viene a la memoria aquel 24 de agosto de 1824, momento en que fueron fusilados por la espalda y de rodillas, de forma inhumana y denigrante, bajo la acusación de traición a la patria, 22 soldados cuyo único delito se llamaba LIBERTAD. Nos acercamos a su historia con la lectura de “El Colorao no es Rojo” obra fruto de la investigadora Mª Carmen Ravassa, presidenta de la Plataforma para la celebración de los 200 años del heroico levantamiento. Acierta nuestra colega al calificar a esa España sumergida bajo el yugo absolutista de Fernando VII donde nuestros protagonistas dieron su vida por amor a la libertad y que se llamaban Coloraos por las casacas rojas del ejército inglés. En su honor se levantó el célebre Pingurucho que, como todos sabemos, fue destruido cuando en 1943 Franco visitó Almería y quedaron prohibidos los homenajes hasta que en 1987 el alcalde, Santiago Martínez Cabrejas, fue testigo de la reposición del monumento en la Plaza Vieja. Me llama la atención la portada del libro donde los colibrís, esos pájaros que, como los espíritus libres de los Coloraos, no pueden vivir prisioneros en la jaula. Ellos, llegaron a Almería en barco desde Gibraltar para cantar con la Marsellesa y el himno de Riego por la liberación contra las cadenas del absolutismo. Nuestros héroes fueron fusilados en la Rambla Belén cuando hablaban de Cortes, Constitución de 1812 y respeto a los derechos de las personas sin distinción. Los Coloraos pretendían liberar al pueblo de las cadenas del analfabetismo y la miseria dándole la palabra para conseguir salir de la minoría de edad a través de la educación y de la igualdad de oportunidades.