El crepúsculo

El crepúsculo

Kayros
22:55 • 25 may. 2012

Cuentan que Juan Ramón Jiménez tenía advertida a su criada para que le avisara de ese instante del atardecer. La criada de guardia, nada más sorprender las últimas rosas sobre el cielo moguereño, entraba en el estudio de su amo y exclamaba: "Señorito, el crepúsculo".


 El poeta volvía de sus mundos imaginarios y se ponía a mirar desde su ventana encristalada el crepúsculo de verdad. A Juan Ramón se le ha acusado de estar en la luna respecto a los problemas vitales de sus semejantes, pero sabemos que tuvo un comportamiento ejemplar con los niños huérfanos de la República. Hoy se está poniendo de moda entre sectores burgueses la meliflua prédica de que no todo es crisis, otro mundo es posible a pesar de la prima de riesgo. 


Aconsejan cosas tales como la práctica del senderismo, el yoga, salir de compras, visitar a algún pseudomaestro de la realización personal para atizar el ánimo, etcétera. Por supuesto, estos sectores no pertenecen generalmente a las filas del paro. Como viven de sus ahorros y no conocen en realidad el verdadero rostro de la crisis.  




Para ver el drama en toda su crudeza  habría que asistir a un desahucio y contemplar cómo una familia que ha vivido en un piso cincuenta años tiene que abandonarlo porque le obliga el banco a pagar la hipoteca. La principal consecuencia es que los atormentados por la situación no tienen tiempo de mirar el crepúsculo ni siquiera como terapia. Les  parecería una traición   a lo que esperan de ellos sus hijos.






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