De la estación al establo

El último ministro de Fomento del PP, Iñigo de la Serna, anunció que el Gobierno pondría a disposición del Ayuntamiento la antigua estación de Renfe para que Almería pudiera contar con el uso público y cultural del que probablemente sea el edificio más hermoso de la capital. El último ministro de Fomento del PSOE, el eximio Oscar Puente, anunció por sorpresa en una entrevista que no habrá tal cesión porque ha decidido que el inmueble va tener uso ferroviario. Las comparaciones son tan ociosas como odiosas. Es decir, que aunque se va a construir una nueva estación adaptada al AVE, la estación histórica tendrá también uso ferroviario. ¿Y qué ha hecho el PSOE almeriense? Pues salir en tromba a exigir a la alcaldesa “que no confronte” (sic) y que se limite a estar contenta por “la buena marcha” (sic) de unas obras que nos prometieron que iban a estar terminadas el año pasado. ¿Queda todavía alguien que se sorprenda por las dos últimas décadas de derrotas electorales del PSOE en Almería capital? Los representantes del partido socialista han asumido con naturalidad su papel de factor limitante al desarrollo. Hay muchos ejemplos que, por reiterados,  estropean la columna, pero no podemos evitar recordar las maniobras del PSOE para impedir la instalación del Corte Inglés, el infame mamoneo socialista para dilatar la restauración del Ayuntamiento y la Plaza Vieja, con la apoteosis final del pinguruchazo judicial, la paralización de las obras del Materno Infantil, los diez años de retraso en la A-92, el saqueo del Hospital Provincial, el abandono de la Casa del Mar,  el secuestro de la Estación y ahora -última hora- las gacelas de La Hoya. Hay más, pero lo dejo aquí. Han instado al CSIC a que se oponga a la realización de conciertos en el nuevo espacio para preservar así el sosiego de un ganado que se ha mamado la discografía de Los Chunguitos. De la estación al establo, cualquier lugar les parece bueno para evacuar su mejor aportación: el estorbo.