El ayuntamiento de Oria nos ha informado de que presentará no sé cuantas querellas contra el exalcalde socialista, José Pérez. Dice el señor Reche que no se puede hacer responsable de cómo se ha encontrado el ayuntamiento y que quiere que la justicia exija responsabilidades. José Pérez, por su parte, asegura que se trata de una persecución política por parte de la derecha del pueblo. Él nunca recibió por parte del técnico municipal informe en contra de sus decisiones, por lo que no se siente culpable de nada. Pues que decida la justicia. Lo malo es la tardanza en que se dirimirá el asunto y, mientras, el señor Pérez estará en entredicho y su prestigio pisoteado por las calles de Oria. Si nos creemos al actual alcalde, el señor Pérez se merece eso y más. Si no es cierto lo que asegura, mientras la justicia decide flaco favor se le hace en Oria a la convivencia política. La denuncia de Oria podría llevarse a cabo en la mitad de los pueblos del país, y me quedo corto, muy corto. Las distintas auditorías que se han ido conociendo ponen en evidencia lo realizado por las corporaciones anteriores, con informes a favor o en contra de los secretarios. Mal deben estar las relaciones en Oria entre los dos grandes partidos, cuando las alfombras están siendo levantadas y enseñadas a los ciudadanos. Es lamentable que eso no ocurra en todas y cada una de las administraciones donde los políticos tienen sus metidas sus garras. Garras, garras, no manos. Agarran todo lo que pueden y no lo sueltan. Lo único exigible a éste país es una justicia algo más rápida en cuestiones como estas. Puede que quede aún algún político honrado.
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