Almería, 27 de junio de 2012. Tengo el honor de dirigirme a Usted como representante de mi casa para solicitar formalmente asistencia financiera. La finalidad ya la conoce: recapitalizar mi cuenta corriente para llegar a final de mes en la modalidad de “lo comido por lo servido más un remanente equis”. No pido más. Supongo que esta asistencia financiera se podría enmarcar dentro de los términos dispuestos para la recapitalización de instituciones financieras por parte del Eurogrupo. No encontrará usted manera de negarme que no existe institución económica más sagrada que la familia. Los individuos que integran mi hogar valoran muy favorablemente las declaraciones del Gobierno de España, en las que respalda la determinación de defender el derecho al trabajo, el bienestar común, la dignidad de las personas, el progreso de la sociedad y la igualdad de sus miembros. Por eso demando febrilmente ser rescatado. Y lo hago con decisión, convencimiento y confianza. Sé que no me dejará caer. Más familia es más Europa. ¿Cuánto pido? Ni para usted ni para mí. Que es duro pedir, pero más feo está robar. Así que un importe suficiente para cubrir mis necesidades de capital más un margen de seguridad adicional. Y si hay que justificarlo, se hace. Varias bajadas de sueldo, reducción de un cuarenta por ciento de la paga extraordinaria, subida del IRPF, subida de la luz, supresión de la ayuda al alquiler, sustitución del motor de arranque del coche y revisión reglamentaria de filtros, pastillas de freno y aceite, impuestos del Ayuntamiento, de la Junta y del Gobierno respectivamente, reposición del cristal derecho de las gafas de ver y carísimas cremas prescritas por el dermatólogo porque este año, lo queramos o no, el sol viene muy malo. Y no cuento el IVA porque dicen ustedes que no te digo trigo por no llamarte Rodrigo. He de aclarar, no obstante, que mi Fondo para la Reestructuración Ordenada de Economía Doméstica (FROED) será el organismo receptor de la cuantía y, a su vez, el encargado de redistribuirla según las necesidades alimentarias, energéticas, ociosas y de higiene personal de mi santa casa. No sabría decirle si eso afectará o no a la deuda pública. Por supuesto, los miembros de esta familia ofrecerán todo su apoyo en la definición de condicionalidad financiera –intereses y años- y en el seguimiento de las medidas a implantar. ¿Que perdemos soberanía? Puede. Pero peor es lo de Del Bosque y esa cabezonería de jugar con un falso nueve, cuando todos sabemos que este año Raúl estaba finísimo, finísimo.
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