Una de las cuestiones que debemos dilucidar en este momento es lo concerniente a Bankia y sobre todo por qué el Gobierno del PP se opone a las comisiones de investigación. La imputación de Rato y de otros trece consejeros cercanos al partido preocupa sin duda en La Moncloa. Siguiendo la estrategia, ya utilizada con Francisco Camps, primero se acogerán a la presunción de inocencia, luego dificultarán todo lo posible que la gente se entere a través del Parlamento, y, por último, alargarán la sentencia hasta donde sea posible.
Espero que aquí el primero en caer no sea el juez Andreu por aceptar la querella, tal como ocurrió con Garzón. Los peperos lo tienen difícil. Son tiempos en que los mercados presionan sobre España por el problema de la deuda. Eso en el exterior. Aquí dentro el presunto escándalo de Bankia podría poner en entredicho la moralidad de que hacen gala contra las corrupciones del PSOE. Y un tercer problema que no por ser interno carece de importancia. Es la división del partido entre ratistas y marianistas. Aquí pueden salir a la luz muchas de las venganzas antiguas por culpa del dedo aznariano que señalo a Rajoy como presidente.
Cuando se produjo la dimisión de Rato de Bankia, el Gobierno dijo tres cosas. Una, que era una dimisión personal. Dos, que la provocó Mariano Rajoy. Tres, ni lo primero ni lo segundo, según la versión del propio Rato. Vamos a ver qué dicen los informativos de Televisión Española acerca de Bankia.
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