La gente está muy quemada

La gente está muy quemada

Fermín Bocos
21:13 • 17 jul. 2012

¿Qué más puede hacer el Gobierno para convencer a nuestros socios europeos de que España asume sus deudas y tiene intención de saldarlas?      Vistas las reformas anunciadas por el Presidente Rajoy, no tiene lógica  que lo mercados se comporten como lo hacen- se lamentaba el ministro  Luis de Guindos. 


Y no le faltaba razón aunque él, mejor que otros, sabe que el dinero no busca encuentros con la lógica. Tal como están las cosas, comprar deuda española a cinco o diez años y con un interés situado en la órbita del 6.5 % es una apuesta segura. Segura porque pese a la dramática situación actual de nuestras cuentas, nuestros acreedores saben que el Reino de España nunca ha dejado de pagar sus deudas. 


El problema, como tantas veces se ha dicho, es de plazos y de niveles soportables en las tasas de interés. Cosa diferente es el precio a pagar por una parte de los españoles -clases medias y bajas, funcionarios, parados y pensionistas -para lograr el ajuste.  Tras conocer las últimas medidas publicadas por el BOE, el Gobierno se ha quedado solo en el Parlamento. Rajoy puede sacar adelante sus ajustes y recortes, pero con el decir de Unamuno habría que recordar que una cosa es vencer y otra muy diferente, convencer. Sería bueno que unos y otros se dieran cuenta de que lo peor que nos podría pasar sería entrar en una  deriva a la griega. 




La gente está muy quemada porque observa que la tijera se ceba en las clases medias y populares pero no ve que se anuncien recortes para los privilegios de los políticos, ni que desaparezcan estructuras burocráticas onerosas como ciertas empresas públicas, algunas diputaciones, las mancomunidades o determinados ayuntamientos. Cuando lo que está en juego es la paz social, lo pertinente es extremar la prudencia, porque, como decía, la gente está muy quemada.






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