Habla el señor Obispo

El silencio de la iglesia oficial en medio del incendiado panorama de ajustes y de movilizaciones contestatarias que hoy asola este país ya clamaba al cielo, nunca mejor dicho. Puede que no fuera así en reuniones internas de estudio parroquial o en homilías domingueras, pero al menos por lo que hace a medios de comunicación, mi impresión es que aparecía más la defensa de sus privilegios (leyes del mecenazgo, tratados con el Vaticano, exenciones, prebendas franquistas etc) que una crítica al sistema económico que tanto sufrimiento está deparando a las familias más necesitadas. 

Por eso debemos señalar con piedra blanca la intervención en Bruselas de Adolfo González Montes, obispo de Almería. Según se trasluce de las notas de prensa a mi alcance, el señor obispo ha denunciado el acoso moral de los mercados, la especulación financiera, el bloqueo del empleo, sobre todo para los jóvenes, la falta de ética de los dueños del dinero con la complicidad de los políticos. No es presumible que los mercados por ser invisibles y por su innata avaricia insaciable se vayan a dar golpes de pecho a causa de las recriminaciones eclesiales, pero, bueno, siempre es de alabar que las autoridades denuncien las injusticias de la ciudad terrena. Al fin y al cabo más evangélico es eso que las masas asocien las doctrina episcopal con el  sistema capitalista y por consiguiente con  el  ideario del Partido Popular que trata de salvar cueste lo que cueste aunque  pagar la prima de riesgo apriete el nudo que nos está ahogando.