Durante esta semana en la Comisión de Economía del Congreso han comparecido Rodrigo Rato por Bankia, Narcís Serra por Caixa Cataluña, Julio Fernández Gayoso de Caixanova, Elena Salgado Vicepresidenta económica con Zapatero y otros que no necesito enumerar. Durante su presencia en la Cámara, los diputados formularon interpelaciones, preguntas capciosas o amables según el signo político. Cuando interesaba se respondía y si la pregunta incomodaba nada se decía o se hacía un circunloquio oportunista, al tratarse de sesiones informativas y no de investigación, el ambiente es más distendido y uno sabe que entrará con la misma convicción que ha de salir; nada me puede pasar.
Un puro trámite más exhibicionista que efectivo, una burda comedia autojustificativa y un descargo tardío e inútil de quienes debieron de actuar, controlar y tomar decisiones al ser posibles acertadas y no lo hicieron, fueron a remolque de los hechos y arrastrándose ante una realidad a la que no quisieron anticiparse para evitarla, ni comprenderla para combatirla.
En mayor o menor grado, incluso en el caso de reconocer su falta de previsión, las explicaciones no variaron mucho entre unos y otros; "que sí ellos proponían y los Consejos de Administración decidían ", "estricta sujeción a la normativa reguladora y a las propuestas gubernamentales y del Banco de España ", "cambios de criterios contables ", " cifras de expertos y recomendaciones de auditores", " fusiones obligadas", muchas excusas y poca o ninguna autocrítica, pobre balance para la Comisión de los Banqueros como se le ha llamado. Aunque nadie esperaba que estos señores fueran a pedir perdón y a flagelarse ante los diputados , no deja de decepcionarnos, que los próceres de la patria escojan un formato tan anódino y melifluo para indagar sobre los desastres financieros que han agudizado la crisis y profundizado en su heridas.
Rodrigo Rato, dijo: " Yo sólo he aplicado las leyes que ustedes han aprobado aquí", urgando en una complicidad latente y en las conciencias paralelas entre los interrogados y sus interrogadores, conciencias que quedarán impolutas e igual de virginales a la entrada que a la salida de la sesión, un desperdicio y una traición para el pueblo .
La diputada Irene Lopez espeto al Sr. Rato, " El crimen perfecto es aquel que parece un accidente cuando no lo es, como usted ha descrito con la caída de Bankia". La observación de la diputada acierta pero sólo en parte, cuando un crimen se resuelve es imperfecto, la impunidad esperada se torna en castigo y la verdad ha sido desvelada. Sin embargo las responsabilidades en materia económica tienen propensión a entrar en la categoría de los crimenes perfectos, todo depende de los niveles en los que te desenvuelvas, si eres capaz de sentarte en el Congreso ante una comisión fantasmal y dar explicaciones, estás a muy buen nivel, crimen pefecto, hay que tomar las indemnizaciones o jubilaciones millonarias como un indicio débil incluso un derecho previsto y autorizado legalmente.
En los asuntos económicos todo se asienta en el terreno de la especulación y los perfiles de la culpa son difusos, pero con la especulación sucede algo semejante que con los crimenes,depende en el nivel que te encuentres. Aurora Combados tenía 60.000 euros en Novacaixa, Elvira Tordesillas 98.000 en Bankia y Andreu Soldevilla 45.000 en la Caixa, todo sobrepasan los 70 años y a su manera especulan: ¿dónde han ido a parar los ahorros de toda una vida?, especulan como podrán llegar a final de mes con unas pensiones que decrecen a ritmo vertiginoso o como ayudar algunos de sus hijos en paro.
Que falta de elegancia especulativa, algo imp
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