Como cada verano nos ha llegado el incendio de la planta Albaida. No podían los agricultores pasar sin él. Ellos pagan por la elaboración de sus residuos, y estos perecen cada año en un incendio al que ya estamos acostumbrados. ¿Cuántas veces le ha abierto expediente de sanción la Junta a la citada empresa? Cada vez que se produce el incendio. La nota no ha faltado tampoco en esta ocasión. Lo malo es que nunca se ha confirmado la multa y el pago de la misma por parte de Albaida. Tampoco nos extraña. Aquí nadie responde de estos incendios. Y no se la vamos a pedir al nuevo delegado, el señor Ortiz, que acaba de llegar. No estaría de más que a partir de ahora el hombre investigara lo que viene ocurriendo con Albaida, y que la fuerza de la ley cayera sobre estos incendios que se repiten cada año por estas fechas. El que se ha quemado éste verano ha sido el edil de urbanismo de la capital, señor Venzal, don Pablo. Ha sido acusado por los vecinos de la Vega de Acá de que el incendio sufrido y el susto de las familias se podía haber evitado si se limpiaran los solares. De uno de esos solares de los que es responsable don Pablo ha partido el incendio. Se podía haber callado. Pero el hombre no ha querido. Según hemos recogido en la prensa, los solares se controlan y se denuncian. Pues muy bien, señor. Cuente entonces cómo es posible de que hubiera uno sin limpiar, sin controlar y que ha supuesto el foco del incendio. Éste solar se le debió escapar al control del señor concejal. ¡Qué pena!. Don Pablo, a los vecinos les suena a chino sus argumentos. Si no es usted capaz, nadie le puso una pistola para ser edil.
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