Desahucio en Pescadería

Para hoy, día veintiuno de septiembre, está previsto que se lleve a cabo, si los vecinos no lo impiden, como ya hicieron en el pasado, el desalojo de la familia González de su domicilio en la calle Remo de la capital. No es el primero que se lleva a cabo (son miles en todo el país), ni será el último que vivamos gracias a esa crisis en la que nos metieron los señores políticos y sus amigos y compañeros políticos de algunas cajas de ahorros. Es en estos momentos cuando me acuerdo de esa oficina puesta en marcha entre el ayuntamiento de Luis Rogelio y la diputación de Gabriel Amat, así como la anunciada por la junta de José Antonio Griñán. ¿Cuánto nos cuestan las dichosas a los ciudadanos? Las oficinas no las pagan Luis, Gabriel o José Antonio. El dinero sale de nuestros impuestos. ¿Y para qué sirve invertido en esas oficina? Es la pregunta que nos hemos hecho en las últimas semanas. La contestación: Dicen que para informar a las familias sobre los desahucios que pesan sobre sus viviendas. Osea, que la familia González de pescadería ha sido informada por la oficina de Luis y Gabriel (la de Griñán no está aún operativa) de que hoy era el día D. Algo es algo. Es la demostración palpable de que las mismas sólo sirven para dar algún puesto de trabajo a algún amigo, o alguna subvención a algún colectivo, que es lo que más les gusta a los políticos. Como el dinero no sale de sus sueldos. Ese lo tienen bien trincado. Más de tres años lleva sin trabajar Salvador González, viviendo con cuatrocientos euros al mes y con la edad más difícil para volver a encontrar un empleo. Y así miles de almerienses y millones de españoles.