Nunca toca

No molesten, que ahora no toca hablar de eso. Así que a callar, que ya les diremos a ustedes cuándo toca hablar de qué es lo que se ha hecho o dejado de hacer en las zonas inundables de Almería. La Junta de Andalucía, la misma que el pasado mes de mayo ponía en marcha un programa para prevenir inundaciones en la cuenca del río Loukkos, en el norte de Marruecos, dice que ahora no es el momento de hablar del estado de conservación de las ramblas almerienses porque “ahora toca ayudar a las familias.” Eso es lo que ha dicho la delegada de Gobierno de la Junta en Almería, Sonia Ferrer, decretando la exclusión temporal del debate sobre las posibles responsabilidades de la Junta -administración competente en la  Ordenación del Territorio- en el estado de las ramblas y los permisos de edificación otorgados. 

El problema es que, aún entendiendo el factor humano y la necesaria ayuda a los afectados, por experiencia sabemos que la Junta es una administración impermeable al desacierto y que vive instalada en una burbuja de éxito decretado. Por lo tanto, si aprobó peticiones municipales de construcción en zonas inundables, las aprobó con acierto. Y si desoyó solicitudes de limpieza de ramblas en Vera por estar estudiando el hábitat de unos patos -tal como decían cada vez que se lo pedían- pues muy bien hecho. Los palmípedos primero. ¿Serían tan amables de decirnos cuándo se va a poder hablar del tema? Pues que aprovechen y que expliquen también las razones por las que han cancelado el anunciadísimo proyecto de Facultad de Medicina. Así mataríamos dos patos de un tiro y habría menos excusas para no limpiar las ramblas.