Aprisco sindical

Después del último pasacalles sindical contra los enjutos Presupuestos Generales del Estado, flotaba en el ambiente alguna duda acerca del nivel de coherente firmeza con la que los sindicatos mayoritarios afrontarían la próxima publicación de los Presupuestos de la Junta de Andalucía, que tampoco van a ser precisamente un despliegue de generosidad. 

Sin embargo, del mismo modo que en ocasiones el silencio que reina al cerrarse un grifo es más molesto que el sonido del chorro que mana constante, una noticia ha salpicado el panorama informativo disipando cualquier incertidumbre. 

Acaba de hacerse público en el BOJA que la Junta de Andalucía  ha suspendido la vigencia de la Orden de la Consejería de Justicia y Administración Pública, de 2 de diciembre de 2009, por la que se establecían las “bases reguladoras de los procedimientos para la concesión de subvenciones a organizaciones sindicales para la financiación de gastos corrientes.” 

Es decir, que la Junta de Andalucía no sólo ha estado nutriendo pecuariamente a nuestros  reivindicativos sindicalistas con subvenciones directas e indirectas, cursos pintorescos, mamandurrias tropicales y cooperaciones exóticas, sino que además de todo eso les solucionaba los gastillos del día a día. 

¡Las gracias sean dadas! Así se entiende que en Sevilla, cuando algunos sindicalistas menos apacentados quisieron enarbolar una pancarta contra los recortes que también nos ha propinado el señor Griñán y su socio Valderas, los bien mantenidos muchachos de CC.OO y UGT se les tiraran (físicamente) al cuello para retirar una proclama que atentaba contra los amos del aprisco. Quede constancia para cuando estos bien mantenidos héroes del sindicalismo organicen una nueva performance de pitos y banderolas. Que todo el mundo sepa qué es lo que defienden.