Es muy probable que muchos ciudadanos, allende nuestras fronteras provinciales, no supieran nunca que hay una pedanía en Zurgena, que tiene a gala llamarse “Los Carasoles”, lugar de asentamiento por donde transcurre un proyecto de vía verde que une el Levante con el Almanzora. Las lluvias torrenciales de la última gota fría de finales del pasado mes de septiembre y los desastres ocasionados por el agua han puesto en el mapa de los despropósitos a este lugar que tantas sugerencias despierta. Y no ha sido por la propia localidad, sino por el nombre que presta al puente destrozado por la riada que transcurre por la A-334, es decir la anhelada redia del Almanzora. La relevancia como vía de comunicación de la A-334 está fuera de toda duda.
Esta carretera es itinerario obligado para los vecinos que se desplazan entre el Almanzora y el Levante, y viceversa, puesto que es el más corto y el más accesible. Asímismo, este acceso es de vital importancia para los zurgeneros., por lo que ante la inutilización de la A-334, el Ayuntamiento de Zurgena, tal vez con buen sentido del vocablo urgente y de la emergencia de la situación creada, decidió abrir un desvío provisional a la altura del puente de Los Carasoles para conectar las dos partes de la carretera y, consecuentemente, facilitar el tránsito a los miles de paisanos que a diario han de desplazarse entre las dos referidas comarcas. Realizados los preceptivos informes técnicos por parte de la delegación de Fomento, el acceso provisional es declarado ilegal, por lo que el pasado día 11 el Consistorio zurgenero decidió, ante el estupor de numerosos conductores y usuarios, cortar el paso para eludir responsabilidades innecesarias.
Hasta aquí la estúpida cronología de una más que manifiesta ineficacia y desidia de quienes en lugar de recurrir a las frías normativas administrativas olvidan los perjuicios y las molestias ocasionados a los sufridos administrados almerienses. No es de recibo que después de medio mes de haberse producido los desperfectos, la administración responsable de la vía dañada no haya puesto remedio a los destrozos ocasionados y haya restablecido, aún con carácter provisional, el tránsito rodado por la zona. Es evidente que no se trata de exigir en 15 días una definitiva reparación de la infraestructura dañada, pero sí de reivindicar una solución urgente al problema. Tal vez, quienes así actúan pretendan ignorar, y no es demagogia alguna, que esta carretera es el acceso más rápido para los usuarios, ambulancias incluidas, del único hospital que atiende a los residentes de las dos comarcas aludidas, por no hacer mención de otros muchos servicios de carácter público. Lo peor de los desastres reaparece después de los mismos. La situación descrita es un ejemplo palmario. Es inadmisible que tengamos la desgracia de que a nadie se le ilumine la cara de sol para actuar, al menos, con diligencia , pese a que hablemos de los Carasoles.
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