Los almerienses afectados por el temporal de lluvias que azotó las comarcas del Levante y Valle del Almanzora el pasado 28 de septiembre no necesitan de más palabras de apoyo o solidaridad. Cuando a las pocas horas de haberse producido los daños, algunos de ellos tristemente irreparables, nos comprometimos con los vecinos a empezar a restablecer la normalidad, no nos estábamos limitando ha hacernos una foto pisando el mismo fango que los afectados: estábamos dando el primer paso para que las cosas vuelvan a ser en esa comarca como siempre. La Diputación de Almería, con su presidente, Gabriel Amat, al frente, cumple lo que promete. Y como ya ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos, esta misma semana hemos presentado un Plan de Inversiones Urgentes en el Levante en el que se invertirá un total de 4.534.659 euros en reparar las carreteras provinciales que se han visto afectadas. Esta medida será llevada a pleno a finales de octubre para que sea aprobada por la Corporación. Mientras que en la Diputación Provincial no sólo conseguimos abrir las carreteras que se podían limpiar a los tres días de la riada, y acabamos de presentar este plan de respuesta inmediata para las zonas más gravemente dañadas, la Junta de Andalucía se ha limitado a decir por boca de la delegada de Fomento que las carreteras que son de su competencia se abrirán “cuando sean seguras”. Faltaría más, pero eso no soluciona nada, ni ofrece horizontes de expectativa o demuestra la capacidad real de una administración para dar respuesta a los ciudadanos. El propio presidente Amat ya lo ha dejado claro: devolver la normalidad a los pueblos afectados es y será nuestra prioridad. Por ejemplo, a los dos o tres días habilitamos el camino desde Puerto Rey a Pueblo Laguna porque los vecinos de la zona en vez de andar un kilómetro, tenían que hacer más de treinta. Tal vez en la Junta de Andalucía prefieran verlo de otro modo, pero creo que esta es la eficacia que reclama la gravedad de la contingencia por la que está atravesando esta parte de la provincia de Almería. Y si para ello tenemos que apretarnos el cinturón en otras partidas lo haremos con gusto, porque hemos venido a la Diputación a servir a los almerienses y no a hacer de este organismo una herramienta a los intereses personalistas y de partido, como sucedía cuando la gestionaba el PSOE desde su sede. Y así, este año invertiremos dos millones de euros en las actuaciones urgentes y para los Presupuestos del año que viene prepararemos el dinero restante. Y si hemos podido contar con ese dinero es porque en el Partido Popular gestionamos la Diputación con rigor y austeridad, sin despilfarros innecesarios y conteniendo el gasto de tal modo que podremos afrontar estos imprevistos sin tocar las partidas de contenido social. Creo sinceramente que desde la Diputación no sólo hemos podido dar una respuesta rápida, sino sobre todo, que vamos a poder dar respuestas reales que solucionen de modo efectivo los problemas cotidianos de muchos almerienses. Este es el sentido último de nuestra labor al frente de este organismo provincial. Dar respuesta de servicios concretos y actuaciones precisas en donde se necesita es, en mi opinión, saber estar al frente de una responsabilidad y ser coherentes con el compromiso de servicio que hemos puesto de manifiesto cada vez que ha sido necesario. Lo demás son palabras y las palabras se las llevan el viento… y el agua.
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