El hundimiento del PSOE

La sombra de Zapatero es alargada. El descalabro sufrido el domingo por el PSOE en el País Vasco y Galicia no se puede explicar sin evocar el profundo desafecto larvado en el ánimo de miles de antiguos votantes y simpatizantes socialistas que ven en la actual dirección la elongación de una política que desnaturalizó la identidad del partido. 

Dirección que en estas elecciones habría cometido dos errores: en Galicia plantear las elecciones como un plebiscito a la contra de la política de ajustes del Gobierno Rajoy y en el País Vasco no alertando a Patxi López del riesgo que corría al adelantar las elecciones impelido por la errática idea de que los vascos iban a premiar al PSE por haber construido Zapatero la pista de aterrizaje de la antigua Batasuna cuando todas las encuestas anticipaban que sería Bildu quien recogería la cosecha. Rubalcaba, López, Ares, Prieto y compañía han llevado al PSOE a los peores resultados de su trayectoria en el País Vasco. 

Poner los cargos a disposición de los militantes habría sido una muestra de humildad. Soñar con una salida "madrileña" para Patxi López sería insistir en un estadio de ceguera que empuja a pensar en lo que está pasando en Grecia con el PASOK.   En relación, con Galicia, como decía, Rubalcaba hizo campaña no contra Feijóo sino contra Rajoy y perdió. Una derrota que el PP extrapola al plano nacional e interpreta como un aval a la política de ajustes seguida por el Ejecutivo. El error táctico de Rubalcaba sirve en bandeja esa estrategia de sus rivales. El PSOE tiene un problema muy serio de liderazgo. Lo malo es que, visto como pintan las cosas en Cataluña, ese problema afecta a la propia estabilidad y existencia de España tal como la conocemos. Por eso, las consecuencias del hundimiento del PSOE van más allá de una derrota en unos comicios regionales.