Poco a poco el gobierno de Andalucía se va convirtiendo en el asunto número uno de de los medios informativos, sobre todo de los conservadores. Hay muchos temas cruciales en el ambiente como, por ejemplo, el paro, o si prefieren el periodismo de investigación, la apasionante historia de la financiación del PP en Baleares etcétera. Pero claro, la derecha no va a tirar piedras contra su tejado. Para ella puede ser más resultón de cara a entretener a la gente, concentrar toda la fusilería contra Griñán y Valderas. Tristes socialcomunistas, como dicen ahora con la rebaba maligna de quien no sabe lo que dice.. Si ustedes cogen el mapa político de España verán que allá arriba hay una manchita roja que se llama Asturias, una nadería en medio de la inmensa planicie azul donde reina la derecha. Luego, por abajo, se le une Andalucía. He aquí , pues,los dos puntos que han quedado flotando en mitad del gran hundimiento socialista.
Debemos a la lucidez del pueblo andaluz que aquí fuera detenido el rodillo conservador porque, de haber triunfado como en tantas otras partes, ahora no estaríamos discutiendo sobre pelotazos urbanísticos y otras múltiples variaciones de la estafa y el saqueo. Esta táctica estéril de parar la historia para recordar cosas fosilizadas hace que nos olvidemos con frecuencia del “aquí y del ahora”. Creo pues que será más útil para el ciudadano remarcar el carácter social de los presupuestos de la Junta, aunque no sean nada del otro mundo, según aprietan en Madrid.. Con un nivel de paro altísimo y con escasos recursos para crear empleo, los presupuestos de la Junta conservan al menos el carácter social con su innegable inclinación a proteger la educación pública, lo cual es de agradecer en este frenesí de recortes. Sigan, sigan los enredadores profesionales buscándole infidelidades mutuas a Griñán y a Rubalcaba. No sirve de nada. Lo importante es si son capaces de gobernar mejor que lo hace el PP. en su respectivas autonomías.
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