Incapaz e incoherente

Incapaz e incoherente

Javier Aureliano García
22:50 • 04 nov. 2012

En la situación por la que atraviesan miles de familias y empresas andaluzas, el objetivo prioritario de cualquier presupuesto debería ser el empleo. Y aunque es cierto que a los socialistas y a los comunistas se les llena la boca de anuncios, promesas y proyectos para generar empleo, los hechos son más esclarecedores que la propaganda: los números de Griñán y Valderas les colocan en el liderazgo europeo en incapacidad e incoherencia a la hora de gestionar recursos públicos y crear condiciones favorecedoras de creación de puestos de trabajo. Andalucía, con el 35,4% de su población activa en paro, no se puede permitir un Gobierno sin rumbo, que sigue escudado en una retórica voluntarista y hueca que lleva, por ejemplo en Almería, a renunciar a la construcción del anunciado y retrasado hospital materno infantil, al tiempo en que se intentan abrir frentes de debate ideológico enarbolando la memoria histórica. 


Lamentablemente, a lo que no renuncian los socios del pacto socialcomunista en la Junta es al mantenimiento de una administración paralela con oficinas, empresas, negociados y chiringuitos destinados a alimentar a compañeros de partido, familiares y amigos. Y es que una vez más se demuestra que para el PSOE primero y para Izquierda Unida después, la prioridad no está en la creación de empleo para todos los andaluces sin distinción de militancia o afinidad política, sino en la consolidación de los privilegios, las ventajas y los inventos creados a la medida de sus respectivos partidos y coaliciones. De eso, naturalmente, no hablan nada los responsables de la Junta cuando en estos días están intentando vender a los almerienses el humo de unos presupuestos que no están diseñados para el crecimiento de Andalucía, sino para la consolidación de una casta de políticos y enchufados que lleva lastrando durante décadas las posibilidades de despegue de nuestra comunidad. Eso sí; los portavoces de la Junta alardean de que nuestra comunidad, que sigue presentando índices sonrojantes de analfabetismo, es pionera en investigación, en desarrollo tecnológico y en cuestiones importantes que, empleadas como excusa o escaparate falso, no son más que engaños y distracciones de una preocupante realidad. Sólo así se entiende que cuando el Presupuesto andaluz recorta hasta casi un 10% del capitulo sanitario y educativo, el señor Griñán intente alardear de políticas sociales. La incoherencia es tal, que alimentan lo que llaman pomposamente el “corazón del presupuesto” en detrimento de los servicios sociales básicos de todos los andaluces, pero lamentablemente Griñán no sólo quiere mantener a toda costa esa administración paralela de amigos y familiares, sino que además tiene que contentar a un socio de gobierno irresponsable y radical que no vacila en devorar miles de millones para unos delirios de agitación y propaganda tan caros como perfectamente prescindibles. Y ya no cuela seguir hablando de los recortes debidos a las políticas del gobierno de Mariano Rajoy: Griñán y Valderas carecen de autoridad moral y política para responsabilizar al Gobierno de España de sus políticas sociales, porque ellos son los únicos competentes y los responsables directos de haber metido nuevamente la tijera al Estado del Bienestar en Andalucía. Por lo tanto, no hay nada que celebrar en unos presupuestos trazados desde la incapacidad y cuya gestión no supondrá más que un alarde de incoherencia. 







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