Examen de conciencia

Una de las técnicas de autoanálisis de la espiritualidad ignaciana que tan buen resultado dieron a lo largo de la historia jesuítica es el examen de conciencia. El alma sola y entregada se pone en presencia de Dios y va repasando la jornada diaria, minuto a minuto, lugar por lugar, al final un  sincero acto de humidad te prepara superarte al día siguiente.

El Papa actual da muestras, a lo que parece, de que practica este entrenamiento introspectivo. Aunque en el terreno de la política no sea igual, yo pienso que a los partidos les vendría bien algún acto de contrición   especialmente cuando salta a la opinión pública algún escándalo. Los ciudadanos lo agradeceríamos, desde luego. 

A mi juicio el PSOE de Andalucía haría lo correcto si se desembaraza de una vez de todos los sospechosos de  meter la mano en la caja. No vale que Susana Díaz diga que será inflexible en esta cuestión si luego deja dentro del cuerpo del operado las tijeras del cirujano. Limpieza sí, pero total, sin desfallecimientos, sin la menor veleidad porque el enemigo no se anda con bromas.

Sabemos que el capital no ha querido nunca a los sindicatos. Viene de muy lejos la pelea. Si en periodos concretos del pasado el patrón tuvo que contemporizar algo fue mayormente porque el obrero se sindicaba para el todos a una. Por lo tanto no esperemos que se vayan a acabar los artículos de la prensa de derecha hablando como ellos saben de los ERES o de las facturas falsas de la UGT.

Ahora bien, tampoco hay por qué esconder la verdad. Luz y taquígrafos para todos. Y quien tenga alguna responsabilidad que se vaya. A veces me pongo a pensar  en el salto  electoral que hubiera dado el PSOE si en medio de este inmenso pudridero de corrupción que ahora vivimos, los socialistas se hubieran mantenido incólumes haciendo honor  a su historia. No ha sido así, el pecado pertenece a la naturaleza humana . Lo grandioso es reconocerlo y dejar de  darle pábulo al pensamiento reaccionario.  No pueden negar que son maestros del estilo cínico, porque si les importara de verdad la moral social, atacarían con igual saña a los  corruptos del otro bando. Pero amigos, aquí siempre dan con algún Garzón que se extralimita.