El Adrados

El Adrados

Kayros
19:58 • 27 nov. 2012

Está en juego el derrumbe o no de las humanidades en la enseñanza. Por lo menos tenemos a nuestro favor el sabio baluarte de Don Francisco Rodríguez  Adrados, “el  Adrados”, que tanto sabía de Aquiles y de Helena. Aquellos que en la adolescencia frecuentamos por suerte los estudios clásicos tenemos que valorar en lo que vale este reciente Premio Nacional  de las Letras otorgado a Don Francisco Rodríguez Adrados, o como llamábamos los estudiantes a su imprescindible “Diccionario Griego-Español”, “el Adrados”. En medio del mar de nuestra ignorancia, los libros de este hombre de noventa años eran cono una patera de salvación. A medida que los sucesivos gobiernos tratan de librarse de las humanidades por creer que ahora lo que importa es la bolsa, se fue alzando esta sabia voz que llega de cuando todavía hablábamos latín. “El ministro Wert debe saber (le dice a quien le ha concedido el Premio) que es importante que los jóvenes sepan de dónde venimos”. De dónde venimos y de dónde vinieron otros porque es imposible entender a nuestros grandes escritores del Siglo de Oro sin el legado que conforma y transforma toda la cultura occidental. Es cierto que el latín y el griego se convirtieron por la incuria y la pereza de ciertos profesores incompetentes en una especie de tortura académica. Quienes de verdad conocían el fondo de la cuestión defendieron el valor  de las humanidades como introducción al dominio de nuestra propia lengua, herramienta obligada para el ejercicio del pensamiento lógico. Sin detrimento de que se fomente el habla de cada región, el español nacido del latín, lengua que siguió al Imperio, no debiera sufrir escrúpulos de su grandeza universal por la miopía  de su administradores.







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