Hace pocos días un periódico nacional advertía al PP que abandonara ya el rancio soniquete de la herencia recibida. Y no porque el pasado no explique el trasfondo histórico en que hoy se debate la sociedad española, sino porque no es toda la verdad. A ver si Zapatero publica su libro y conocemos más y mejores datos.
Toda esta apestosa herencia es la madre del banco malo, de las hipotecas sórdidas, de los desahucios crueles, y ahora avanza como un tsunami el criterio contundente de que esto comenzó con la llamada burbuja inmobiliaria que arranca en tiempo de Aznar. Miguel Martín, presidente de la Asociación española de Banca (AEB) corrobora esta tesis: “Una de las causas fundamentales de la creación de la burbuja inmobiliaria fue el cambio legal que impuso el Gobierno a las entidades para facilitar el cambio de tipos fijos a variables”.
También existe otra razón nuclear que viene apalancando en el mismo sentido y son los cambios en la ley del suelo para facilitar la construcción sin freno. En ambas disposiciones el responsable fue Aznar. Por lo tanto que no arrugue el ceño severo nuestro querido y siempre alabado PP a la hora de defenderse contra las ácidas críticas que le llegan desde todos los sectores. El lunes vimos a Rubalcaba cercando a Rajoy sobre los destrozos que han hecho las reformas de la derecha. Rajoy repetía sin cesar el manido y único argumento en su contraréplica. Pero ¿cómo dice usted eso, señor Rubalcaba,, usted que estuvo en el gobierno y no hicieron nada? Insisto, no fue exactamente así. Más precisión, señores parlamentarios.
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