Acabamos de concluir un año difícil donde se han hecho muchos sacrificios, pero en el que también se han sentado las bases para la futura recuperación económica. Esa lectura realista, alejada tanto del pesimismo empobrecedor como del irresponsable optimismo antropológico que caracterizó anteriores gobiernos, nos permite trazar una hoja de ruta para 2013 cargada de determinación y esperanza en el futuro que nos espera. A nadie escapa que el año que está a punto de entrar va a seguir siendo un año duro en lo económico y cargado de sinsabores, pero no es menos cierto que todas las previsiones apuntan a que estamos en el camino adecuado para superar con solvencia una crisis que ni puede, ni va a terminar doblegando la determinación y el compromiso de todos por salir adelante. Tengo claro que entre todos vamos a lograrlo y que el Ayuntamiento seguirá estando junto a los almerienses en ese recorrido. 2012 ha estado para Almería, igual que para todo el mundo, marcado por los ajustes y las disminuciones, pero también por la consecución de éxitos colectivos como la recuperación del Mercado Central, el progreso en actuaciones esperadas en zonas como el Barrio Alto o el desbloqueo administrativo de la ampliación del Paseo Marítimo.
En los próximos meses se producirán avances significativos, como la eliminación del muro y las vías entre la estación y el Cable Inglés, con lo que se conseguirá abrir un espacio estratégico que modificará sustancialmente la percepción que tenemos de la capital. El Ayuntamiento se enfrenta, por tanto, con importantes retos que exigen de la administración municipal respuestas eficaces y realistas, estimando con la máxima precisión los ingresos reales y trabajando sobre el control del gasto público. Sinceramente, creo que el Ayuntamiento ha sabido adaptarse a este escenario, convirtiéndose en una referencia de cara a los ciudadanos en cuanto a la administración ajustada y rigurosa, pero productiva, de los recursos de todos los almerienses. Esta coyuntura económica adversa, unida a la consagración del Principio de Estabilidad Presupuestaria, nos obliga a continuar y acentuar las medidas de ajuste y austeridad que ya vienen contemplándose en ejercicios anteriores con el objetivo de garantizar la sostenibilidad económica del Ayuntamiento. El Presupuesto que hemos aprobado es la respuesta municipal al ejercicio 2013 que no pierde de vista las competencias municipales y no compromete la estabilidad presupuestaria y la tesorería municipal. Un presupuesto austero y comprometido con las circunstancias actuales en el que los ingresos se han evaluado en base a parámetros objetivos y bajo el principio de prudencia. Un presupuesto que garantiza la prestación de los servicios, la atención a las personas y que, estudiado en globalidad, satisface todas las necesidades sociales, educativas y estructurales de nuestra ciudad.
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