No quiero hacer sufrir a nadie

No quiero hacer sufrir a nadie

José María Pérez Tudela
23:34 • 06 ene. 2013

Anoche cuando iba hacia la cama con cierta inquietud sonó el teléfono y escuché la voz fuerte y hermosa, como ella, de Mercedes Soler  y fue  como un paliativo milagroso.


Hace poco tiempo -y a partir de entonces no he vuelto a oír su voz  de tonos misteriosos  y mágicos-  una señora entre las poetas de rancio abolengo me llamó y no se donde puede estar.


Tuve ciertas quejas de las emblemáticas por expresar mi opinión -no pretendía sentar cátedra- a quienes  sigo estimando y mientras pueda no cejaré en mi empeño; prueba de ello es la lectura de los poemas de la  primera señora que  conocí en la Tertulia “Celia Viñas” ha muchos años. No digo  “leedlos”,  ya que sería ordeno y mando, pero sí os lo recomiendo. Me refiero, como habrán adivinado los que alguna vez me lean, a Pilar Pérez: “Es todo un gran vacío en el tiempo que corre acelerado, sin parar un momento, un gran espacio triste e incoloro, ceniza desleída por el viento” Antes de proseguir deseo al director y a todos en general un Año mejor que éste, repleto de  promesas sin cumplir y mentiras a go go envueltas en un manantial escatológico por lo que no es extraño que su olor sea nauseabundo.




  Esta es la Nochevieja  (me refiero al momento en que esto escribo)  y al ponerme a escribir  pensé en viejos arcanos. Reí sin gana y quería  apartar de mi mente a Siria  -una constante en mi viejo corazón- y tantos y tantos pueblos del mundo cuya trágica situación deja en mantillas a Eurípides;  fue inútil empeño


  Para aquellos que no lo sepan –y en su inmensa mayoría arecen de culpa- verbosidad es hablar bien, aunque usando mas palabras de las necesarias para expresar algo. Lo opuesto a la concisión. En cambio  verborrea, como indica el sufijo, es ya diarrea mental.  El drama  psicológico es un juego lleno de humor negro y blanco que, en definitiva, no es aconsejable.




 Los fachas están sembrando los campos de sangre inocente mientra beatas y beatos dicen, con un descaro impresionante, que debemos tener paciencia; y yo digo que a mi no se me arruga la tripa, pero esta tiene una dueña…. En tiempos pretéritos hice radio y TV y me llamaban la pluma hiriente debido a  mi rebeldía ante las injusticias y  aún hoy alzo mi  cabeza con un orgullo suave para no ofender a nadie. Queda algo en el tintero y  estoy perdiendo  la audacia, pero  me quedan brios  para cantarle las cuarenta al lucero del Alba. Carmen  Alcalde, desde mi punto  de  vista,   en el  arte de la poesía  es un paradigma entre otras  muchas que dan vida a los lectores de La Voz de Almería: “Van despacio las sombras suprimiendo azules que   trazó el pincel del día… Las flores del  jardín se están durmiendo“.


Termino con un abrazo  cariñoso, muy  cariñoso, para todas las criaturas que manchan la tierra de sangre inocente, mientras la chusma luce sus mejores galas sin un átomo de conciencia..





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