Que cada palo aguante su vela

Es la recomendación de un partido a otro ante la situación dramática que se vive dentro de sus respectivos con la corrupción por bandera: “Que cada palo aguante su vela”. ¿Y nosotros, los ciudadanos, qué vela aguantamos? Tienen gracia sus señorías. Ellos se aguantan cada uno su vela, y nosotros tenemos que aguantar las de todos. Ellos a quemar cera, sea o no sea la que arde, y nosotros a pagarla. Ellos a iluminar económicamente a sus familias y amigos (que ahora ya es legal y moral según nos anuncian) y nosotros a pagar con nuestros impuestos esa iluminación. Al ritmo que nos llevan los políticos no sé si vamos tener cera para quemar. Desde que en las iglesias cambiaron la cera por pequeñas bombillas, aquí ya no hay político o cura que aguante un cirio de los de antes. Sólo el ciudadano. Y por obligación. ¿Alguien me puede explicar de dónde ha salido el dinero para pagar las facturas de los viajes del Patronato de Turismo? Por lo tanto, ¿la cera de las facturas quién la aguanta? Claro, nosotros. Y los asesores de ayuntamiento y diputación, y sus despilfarros, sus errores y, por pagar hasta las tarjetas de crédito de tanto alcalde como tenemos en la provincia. Las cuentas de gastos de esas tarjetas (algunas conocidas) son como para que algún alcalde diera con sus huesos en habitación oscura y con un cirio de pascua para iluminar el resto de su existencial vida. Total, que ellos encienden la vela pero la paga usted, querido lector. De ahí que estemos seguros de que no se apagaran nunca las velas de las manos de nuestros grandes hombres y mujeres. Pero no es toda la procesión, aunque lo parece.