Cumplimiento y deber

Ateniéndonos al nuevo principio ético, puesto en circulación por Rajoy, de que se puede se infiel al programa electoral pero no al deber, cabe replantear el triunfo del PP en las pasadas elecciones. Visto lo ocurrido resultaría que cuando montaron el feroz ataque a Zapatero no tenían conciencia clara de lo mal que estaba el país, o sea, que acusaban por amor al arte degenerativo.Una vez sentados en la Moncloa descubren que hay que hay que hacer una pajarita de papel con el programa y arrear de lo lindo con las reformas . Reformas que son pura y dura ideología de derechas. Favores al capital, freno a la renta del trabajo, despido libre, recortes a la clase media, saneamiento de bancos, fuertes bocados a la educación y la sanidad públicas etc. Tuvieron hasta la gran osadía de decir que ellos eran el partido de los trabajadores. ¿ Pero qué está pasando a los catorce meses de aquello? El Estado del bienestar se descuajeringa, el número de parados crece, el cumplimiento del déficit es dudoso, al menos para Bruselas. Es normal por tanto que el pueblo muestre su malestar y se eche a la calle. Parece que ya no le valen los edulcorantes del “vamos por buen camino”, o el “estamos saliendo del desastre” Tampoco nos consuela demasiado que la derecha europea alabe las reformas, siempre pocas, claro, de nuestro presidente. Y entre un largo me lo fíáis y alguna vez saldremos de ésta, lo que han pedido los partidos  en el debate de la nación es que Rajoy se marche. Rajoy se aferra a la legitimidad de su cargo en base al número de escaños conseguidos con un programa de cumplo y miento. Y no entramos en el mundo oscuro de la corrupción porque tal y como van las cosas, las acusaciones contra Zapatero de las que hicieron almoneda, puede resultar una broma.