La doctrina Bosch

La doctrina Bosch

Luis del Val
22:26 • 04 mar. 2013

La legalización del cannabis es un asunto serio, y hay un interesante debate en la comunidad científica que todavía permanece abierto. Existen bastantes médicos que consideran que el cannabis y algunos de sus derivados pueden producir alivio a determinadas dolencias, mientras otros colegas sostienen que las virtudes terapéuticas podrían quedar neutralizadas por los peligros de la adicción. Pero ya se han fabricado resinas de aplicación tópica que calman determinados dolores sin que exista el peligro de la dependencia. Se trata de un asunto muy serio que algunos diputados, como el señor Bosch, con esa irresponsabilidad que suele acompañar a la tontería contemporánea, manejan con preocupante superficialidad.


Lo de preguntarle y aconsejarle al ministro de Justicia que probara la droga para actuar en consecuencia, no fue una grosería, sino la culminación de una gilipollez, donde se descubre que la intención de algunos diputados, cuyo sueldo pagamos los contribuyentes, no es tratar de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sino aprovechar una tribuna privilegiada para llevar a cabo bromas tabernarias. Otrosí, introdujo una fórmula legislativa que lleva consigo tanta novedad como peligro, y que obligaría a sus señorías a experimentar vivencias poco aconsejables o llenas de riesgo. Según la doctrina Bosch, la vivencia previa a la decisión sobre las leyes, equivaldría a la aparición del conductismo de John Watson en la Psicología. Novedoso, sí, casi sorprendente, pero lleno de amenazas para los legisladores.


Supongamos que un día, por iniciativa parlamentaria o por decisión del ministro de Justicia, que ya ha declarado que nunca probó la marihuana, hubiera que reformar el Código Penal, en el apartado de las violaciones acompañadas de sodomía. ¡Terrible momento! Según la doctrina Bosch, todos los parlamentarios, incluido el propio señor Bosch, tendrían que ausentarse de la Cámara para irse a tomar por el culo. De esa manera experimental, al regreso, legislarían con gran conocimiento de causa.







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