Desbandá fiscal

Izquierda Unida debe 1,2 millones de euros a la Agencia Tributaria en impuestos y, además, hace años que no abona las cuotas de la Seguridad Social de su plantilla de trabajadores y trabajadoras en la comunidad de Madrid, con lo que acumula otra deuda de un millón de euros que acaba de renegociar para pagar en cómodos plazos. Me parece completamente normal. Ocupados todo el día en la fatigosa revisitación histórica del pasado guerracivilista y afanados en la denuncia de los recortes y en la confección de pancartas, es normal que se produzcan leves despistes, algún que otro olvido o un irrelevante descuido administrativo. La lucha contra la caverna ideológica es un esfuerzo absorbente que exige el mejor de los esfuerzos. Así que no se enojen ustedes por este desajuste burocrático o consideren la posibilidad de plantarse ante las sedes de Izquierda Unida a organizar sentadas o algún otro tipo de espontaneidades. 

Escenificar la indignación cívica por las golfadas de los demás es una tarea que requiere concentración y exclusividad, con lo cual no nos debe extrañar que se traspapelen los requerimientos o no se puedan atender a tiempo las fastidiosas peticiones de la Seguridad Social, esa herramienta de extorsión señoritesca contra los derechos adquiridos por las trabajadoras y trabajadores. 

Sí, ya sé que a usted le cuesta mucho trabajo pagar a sus empleados y que cumplir con Hacienda le trae por la calle de la amargura, pero insisto: no se queje. Si alguien se pasa el día empeñado en recordar lo que ocurrió hace setenta y cinco años, es normal que se le pase recordar dónde dejó las nóminas del mes pasado. La memoria histórica es así.