Valderas desbarra y Griñán traga

Valderas desbarra y Griñán traga

Javier Aureliano García
23:40 • 10 mar. 2013

Poco a poco los andaluces vamos comprobando el alcance y las consecuencias del amaño postelectoral que permitió configurar gobierno en la Junta de Andalucía a los dos partidos perdedores de las últimas elecciones autonómicas. El bipartito PSOE-IU ha acabado convirtiéndose en  una componenda para que estos dos partidos se atornillen en el poder a pesar de su incapacidad para gestionar la salida de la crisis y garantizar el Estado del Bienestar para todos los andaluces. Uno de los precios más vergonzantes de ese acuerdo de perdedores es el clamoroso silencio de los socialistas ante las ocurrencias y disparates de sus socios radicales en el gobierno. Asaltar supermercados, ocupar fincas, atacar a los católicos, remover la historia de manera sectaria y ahora, la última, la exaltación del sistema político del fallecido dictador venezolano Hugo Chávez y proponerlo como modelo para su implantación en España. Son muchos los andaluces que no salimos de nuestro asombro tras leer las declaraciones del portavoz de IU en el Parlamento Andaluz abogando para que en Andalucía se implante un régimen como el de Chávez, abocándonos a un escenario terrorífico para millones de andaluces. Andalucía no puede permitirse el lujo de gestionar las ocurrencias radicales de Griñán y sus socios de gobierno mientras el gobierno de la Junta de Andalucía incumple el déficit, echa por tierra su menguado crédito exterior, incrementa su tasa de paro hasta el 36% y recorta políticas sociales. Insisto en los recortes sociales porque Griñán prefiere reducir inversiones para los que más necesitan y menos tienen porque su prioridad es el mantenimiento del poder al coste que sea. Por lo tanto, Griñán es tan responsable de los disparates de sus socios comunistas como lo es de tapar y blindar la corrupción institucional nacida en el seno de la Junta y de mantener y acrecentar el despilfarro sostenido a lo largo de treinta años de gobierno socialista. Y lo cierto es que si siguen gestionando de este modo, el escenario bananero tan anhelado por los radicales de IU acabará siendo una realidad en Andalucía, ya que la política de permanente confrontación contra el gobierno de Rajoy hace que nuestra comunidad se aparte del camino de recuperación económica que está tomando el resto de las comunidades de España. Andalucía no puede convertirse en el Parque Jurásico de la política europea reviviendo políticas fracasadas y cuya falta de eficacia han puesto de manifiesto el paso del tiempo y el peso de la historia. Es comprensible que IU, coalición que se presentó a las elecciones bajo el lema de “Rebélate” sienta admiración y cariño por el régimen de Hugo Chávez y que su principal revelación al conjunto de los andaluces haya sido su bien remunerada tolerancia con la corrupción y el despilfarro, los abusos y el nepotismo. Es normal que se sientan cómodos en ese escenario. Lo que ya no es tan normal es que los socialistas, que presumen de ser un partido mayoritario, representativo del sentir de muchos andaluces y comprometido en teoría con la formulación y la práctica de la democracia, asuma desde el silencio las ocurrencias y majaderías de sus socios radicales. No se puede llegar a ningún buen puerto de la mano de compañeros de viaje que han apuntalado el bipartito a costa de mirar a otro lado con la corrupción, no pagan los impuestos, creen que el déficit es algo opinable y aplauden la violencia en los establecimientos comerciales  y las ocupaciones de propiedades de sus camaradas. A este paso, Sevilla va a acabar estando muy cerca de Caracas.







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