Triste aniversario

Este “té con limón” se propone recordar algunas cosas  sin herir a los defensores de la guerra de Irak. Los que no participamos en nuestra contienda civil aunque fuéramos víctimas de sus trágicas consecuencias aborrecemos, ya desde la infancia, todo conflicto armado. De ahí que nos resulte profundamente antipática la célebre foto de las Azores con un Bush y un Aznar, dos matones de discoteca alegres, sonrientes, y en actitud de invitarnos al zafarrancho. Claro, la historia viene de lejos. Tras la espantosa masacre de las Torres Gemelas, el pueblo americano no veía del todo mal una dura réplica. Así se entiende que Bush obtuviera el beneplácito de la mayoría. Para preparar la trampa, los servicios secretos inventaron el antojo de que de las armas de destrucción masiva y a este reclamo se unieron hasta periodistas. Hubo también algún que otro sabio que no quiso comulgar con esa rueda de molino. Hoy celebramos el diez aniversario de esta gigantesca atrocidad porque no bastó que los peritos no encontraran ni rastro de armas nucleares sino que la invasión norteamericana se descubrió como la ultima fase del capitalismo salvaje que es la destrucción y la guerra. Hoy Irak sigue en ruina y no falta día en que no tengamos una explosión de dinamita donde mueren a mansalva mujeres y niños. Nadie del PP protestó la determinación de Aznar. Aquello se interpretó como una gesta hispánica en la defensa de la civilización. A Zapatero se le criticó mucho pero al menos cumplió su programa, haciendo retornar a las tropas. Cuando se produjo la matanza del 11-M, el Gobierno de Aznar volvió a mentirnos. Preferían que fuera ETA la autora de la carnicería para evitar que el pueblo español se acordara de la foto de las Azores.